"Plan sexenal" presenta terror ante indiferencia

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Morelia, Mich — México vive bajo toques de queda y la resistencia de grupos inconformes, pero el mayor terror está dentro de la casa de un joven matrimonio en el thriller psicológico "Plan sexenal" de Santiado Cendejas.

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Pese a que no hay luz en toda la ciudad, Juan y Mercedes ofrecen una fiesta en su casa gracias a la batería de un auto. Cuando los invitados se van, notan que hay un desconocido que los observa desde la calle. Intentan ahuyentarlo, pero él regresa buscando violentamente a Mercedes (interpretada por Edwarda Gurrola), a quien conoce por su nombre.

"Creo que (la película) conecta con el México contemporáneo, con el México posible de un futuro cercano", dijo el lunes el director Santiago Cendejas en el Festival de Cine de Morelia, donde la cinta se exhibe en competencia. "Creo que la historia va en ese sentido en no apuntar hacia afuera sino hacia adentro, ver cómo eso emana no desde arriba sino que viene desde cómo nos tratamos entre nosotros, en este caso la pareja y sus amigos".

"Para mí también es un reflejo de nuestra sociedad y de cómo a pesar de que vemos que están lastimando al vecino nadie se mete hasta que le toca que le rompan la ventana a uno. Es una película no común en la que me dio mucho gusto participar", expresó por su parte el actor Harold Torres, quien interpreta a Juan.

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Una de las vecinas indiferentes ante el peligro que pasa la pareja es interpretada por la artista conceptual Rocío Boliver, "La Congelada de Uva", a quien se escucha teniendo sexo intenso con su esposo y más tarde se ve con el pelo morado.

"Me acordé de ella por la escena en la que Mercedes oye cómo cogen los vecinos y dije, 'quién puede hacer unos gemidos', y me acordé de La Congelada. Rocío llegó al set del aeropuerto, venía de Las Vegas y no me dijo que tenía el pelo pintado de morado. Yo creo que a ella le pareció muy normal, y me pareció perfecto que el pelo fuera morado", relató Cendejas.

El director vivió seis meses en la casa donde ocurre la historia. Además de filmar, hizo el trabajo de preproducción y postproducción en ella. Su ópera prima se rodó en 16 milímetros y tiene casi en su totalidad escenas nocturnas con muy poca luz artificial.

"Usamos una película normal, unos lentes normales, bastante rápidos, luego se nota en el foco. Y pues planeando bien, como yo vivía ahí ya sabía qué shots (tomas) eran desde antes, a lo mejor cambiaban pero era nada más pensar mucho y pensar mucho en los set ups (montajes) de iluminación para que fuera una iluminación naturalista", dijo el realizador.