Agencia Output/ La Voz de Michoacán Ciudad de México. La publicación de Rayuela, en 1963, supuso un cisma en la narrativa en español. Por primera vez, un escritor llevaba hasta las últimas consecuencias la voluntad de transgredir el orden tradicional de una historia y el lenguaje para contarla. Rayuela de Julio Cortázar en esencia vive en su complejidad ética y estética, con su imaginación y su humor. Con el pretexto de la celebración de la séptima edición del Congreso Internacional de la Lengua Española en Córdoba, Argentina, en marzo próximo, la Real Academia Española, la Asociación de Academias de la Lengua Española, la Academia Argentina de Letras y la editorial Alfaguara han querido rendirle homenaje a uno de los autores en español más importantes de todos los tiempos y a su obra más emblemática. Y a un autor se le celebra con libros. En esta ocasión se tratará de una edición especial de Rayuela que recupera, como complemento a la novela, tres textos magistrales de Gabriel García Márquez, Adolfo Bioy Casares y Carlos Fuentes, autores contemporáneos de Julio Cortázar. Con Rayuela Cortázar dio al juego carácter literario. Un juego que involucra al lector como protagonista y que se renueva con cada lectura. “A mí se me ocurrió —y sé muy bien que era una cosa difícil, realmente muy muy difícil—, intentar escribir un libro en donde el lector, en vez de leer la novela así, consecutivamente, tuviera en primer lugar diferentes opciones. Lo cual lo situaba ya casi en un pie de igualdad con el autor, porque el autor también había tomado diferentes opciones al escribir el libro”, dijo el propio Cortázar sobre su novela. No importa el tiempo transcurrido desde la primera publicación de Rayuela. Los lectores de esta obra y de Cortázar siguen siendo hoy en día innumerables. ¿Viaje hacia delante?, ¿viaje hacia atrás? La edición conmemorativa recupera por primera vez desde 1983 la reproducción facsimilar del “Cuaderno de bitácora”, la libreta en la que Cortázar fue anotando ideas, escenas y personajes de la novela durante el proceso de escritura. Este cuaderno permite, como un juego de los que tanto gustó Cortázar, un diálogo del autor con el lector sobre la novela que traspasa las fronteras del tiempo.