Toronto, Canadá.- La Sur Gallery, de Toronto, inauguró la exposición “De lo heroico a lo absurdo”, en la cual dos artistas cubanos y uno mexicano realizaron esculturas, serigrafías e instalaciones para reflejar el corto paso que separa a los héroes de lo absurdo. La curadora de esta exposición, Tamara Toledo, explicó que el título de la muestra fue tomado de la frase de Simón Bolívar: “Hay un sólo paso entre lo heroico y lo absurdo”, donde los artistas exploran el reino de la utopía y la distopía, “muy común en la política latinoamericana”. Los artistas, cuya obra estará abierta al público hasta el 30 de abril, son: el mexicano Guillermo Trejo y los cubanos Omar Estrada y Julio Ferrer. Guillermo Trejo presentó los restos de dos esculturas de héroes que con el paso del tiempo y los cambios políticos dejaron de serlo. Un monumento del que sólo quedan dos piernas y otro cubierto con un plástico negro y del que sólo se ven sus pantalones y zapatos blancos, son la representación de un heroísmo que dejó de serlo. Su obra la acompaña de tres carteles que dicen: “Una acción política”, “Una acción apolítica” y “Una acción poética” para expresar que con un pequeño cambio de letras el concepto puede ser totalmente diferente. Trejo nació en la Ciudad de México, donde estudió artes plásticas en La Esmeralda, vivió en Morelia y desde 2007 radica en la capital canadiense, Ottawa, donde estudió su maestría y ha realizado varias exposiciones. En entrevista con Notimex, el artista explicó que al llegar a Canadá observó que los artistas tienden a ser más abstractos o pintar paisajes, pero que a él le atrae el pronunciamiento político a través del arte. Respecto a su obra que exhibe, señaló que hay héroes que han sido honrados con monumentos, pero que con diferentes coyunturas políticas éstos pareciera que dejan de tener sentido. “Las esculturas se crean para justificar un periodo, por ejemplo en Michoacán hay un sinnúmero de esculturas de Lázaro Cárdenas, quien nacionalizó el petróleo, pero ahora con las reformas energéticas el sector se ha abierto y pareciera que esas esculturas ya sólo son un elemento histórico”. Agregó que cubrir un monumento con bolsas de plástico negro “puede ser visto como un acto vandálico, pero hay algo más que eso, es una protesta a lo absurdo de esa imagen”. El simpatizante de artistas como el chino Ai Weiwei, dijo que el artista debe tener una “responsabilidad social”, sobre todo como inmigrante, hablar de lo que sucede en otro país. Además de Ottawa y Toronto, Trejo ha expuesto en Vancouver, Quebec, Montreal, Cambridge, Alberta y próximamente en Edmonton. Por su parte, Omar Estrada, quien se autodefinió como un “hijo de la utopía de la Revolución Cubana”, presentó una instalación interactiva donde hay un videojuego de guerra donde “nadie gana”. Recuerda el doble discurso que vivió en La Habana durante la crisis de misiles con trabajadores manejando equipo antiaéreo checoslovaco en el malecón, “lo cual era absurdo frente a una amenaza nuclear”. “A los cubanos nunca nos dijeron que estábamos al borde de una guerra nuclear, sólo veíamos a los cubanos en el malecón listos para el ataque”. Estrada recuerda que vivía a dos cuadras de una enorme propaganda gráfica en una barda de la isla que decía: “Señores imperialistas no les tenemos absolutamente ningún miedo”, misma que fue quitada el año pasado con el anuncio del restablecimiento de relaciones con Estados Unidos. La obra de Julio Ferrer se compone de tres serigrafías donde aparece la imagen de Fidel Castro, joven, participando en un American Idol; en otra, titulada “Chefie”, Ernesto “Che” Guevara se hace una “selfie” con un iPhone, mientras que una tercera, titulada “Anoche soñé con La Habana”, muestra un edificio en forma de refresco de Coca Cola. Sur Gallery abrió sus puertas el año pasado con el apoyo de los consejos de arte de Ontario y Toronto y se ofrece como una ventana al arte latinoamericano contemporáneo.