José Luis Ceja / La Voz de Michoacán Jiquilpan, Michoacán. Como parte de las actividades socio-culturales que se desarrollan en el marco de la Expo Feria de la Revolución Mexicana, de manera conjunta el Ayuntamiento de Jiquilpan y la Casa de la Cultura de esta ciudad rindieron homenaje al escritor Jorge Martínez Villaseñor, considerado como uno de los pilares de la Ciencia Ficción en América cuyos relatos se tradujeron a las lenguas europeas. En el marco de la develación de la placa alusiva en la que fuera la residencia particular del escritor, el Alcalde Elías Barajas señaló la importancia sobre todo internacional de la obra del literato Martínez Villaseñor que se destacó además como un pintor y maestro de pintura en los centros culturales de esta región y agregó que su administración está decidida a reconocer la valía de todos aquellos jiquilpenses que han logrado trascender a nivel nacional e internacional “Estoy comprometido como representante de este gobierno municipal para continuar reconociendo a grandes personajes que abonan de forma especial a la historia de nuestro pueblo y que su trabajo incansable llena de esperanza y de buen ejemplo son una motivación para todas las generaciones”. Señaló el edil también la faceta de Jorge Martínez como historiador del acontecer local a través de la monografía municipal “Jiquilpan Histórico y Tradicional” publicada por el gobierno municipal hace varios años; en el marco de esta develación, Javier Mora Martínez, sobrino y representante legal del legado de Martínez Villaseñor agradeció a las autoridades locales, a los amigos y a la Casa de la Cultura Libertador Miguel Hidalgo por los homenajes al escritor que formara parte del llamado “Círculo de Lork” grupo literario formado en España en el que aglutinaban escritos de diversos países con la premisa de emular el estilo literario del escritor norteamericano H.P. Lovecraft. La Casa de la Cultura abrió también un espacio para homenajear al fallecido escritor en el testimonio de Blanca Rúan, Presidenta del Patronato Lázaro Cárdenas quien calificó a Martínez Villaseñor como un ser multidimensional y cuyas habilidades le permitían ser consultor de las administraciones municipales en materia histórica, maestro de pintura, escritor que dominaba el costumbrismo, la ficción rural y la Ciencia Ficción. Jorge Martínez, el hermano y el rostro público de la familia La familia Martínez Villaseñor, dedicados la mayoría de sus miembros a las labores docentes, es una familia reservada y en ese sentido, Martha Eugenia Martínez, hermana del escritor revela que, prácticamente eran ella y él los rostros públicos de la familia. Domingo, 20 de noviembre, el desfile de aniversario de la Revolución Mexicana recorre todavía la avenida Lázaro Cárdenas, la gente recorre los puestos ubicados en la lateral Fajardo, el bullicio es enorme, la Maestra Martha Eugenia despide a los últimos familiares que regresan a sus ciudades después de asistir a los homenajes a su hermano; se sienta y recuerda la creatividad que mostró desde muy temprana edad al construirle una especie de cinescopio con unos cartones y figuras recortadas de las tiras cómicas “De su infancia poco podría decir porque él me llevaba casi diez años, cuando yo tenía cinco o seis años de edad él ya tenía 15 o 16, ya cuando estaba un poco más grande la casa era muy visitada, los primos, los amigos, los parientes, los vecinos de la cuadra aquí se juntaban; en aquellos tiempos cuando llovía se iba mucho la luz y había noches de tormenta con muchos rayos y se iba la luz, entonces nos decía ‘vénganse les voy a contar un cuento’ y nos llevaba a una habitación a la luz de una vela o de un aparato de petróleo de los que había entonces”, esta ambientación a media luz, era el ambiente propicio para que el entonces joven contador de historias explorara la narrativa sobrenatural con base en las leyendas locales y el impacto que esto ocasionaba en sus oyentes “Nos empezaba a contar unos cuentos de mucho misterio, de mucho susto, de cosas del más allá que nos sentíamos atemorizados” a la luz oscilante de las velas, relata Martha Eugenia, los escuchas veían incluso moverse sombras en los rincones de la habitación. Mientras el grueso de la población camina entre los puestos de la feria o busca un lugar para comer y otros buscan desesperados los boletos para la tradicional corrida de toros, el ambiente en la casa de los Martínez Villaseñor, justo contra esquina del Mercado Zaragoza, el ambiente es de tranquilidad, una casa tradicional con un amplio patio central con portales a los lados en los que se ubican las habitaciones, fue en esa casa en la que Jorge Martínez incursionó también en el mágico mundo de la pintura, actividad en la que, relata la entrevistada, era celoso y requería de total concentración, soledad y silencio. Sin embargo, dice Martha Eugenia, el pintor, literato e historiador sabía muy bien separar esas dimensiones de que hablaba Blanca Villaseñor pues a la par de ser un hombre celoso de su quehacer literario y plástico, era también el amoroso hermano que las acompañaba a las tertulias que se realizaban en ese entonces, era también el amigo de hombres y mujeres de diversos estratos sociales a los que recibía en las tertulias que se realizaban en su casa. Durante la charla, Martha Eugenia, habló de las pequeñas excentricidades de su hermano “Buscaba la soledad para hacer sus trabajos, era amiguero pero sabía dividir sus espacios, se concentraba en lo que estaba haciendo, ya fuera la pintura, sus investigaciones, su lectura y ahí sí, cuidado con que lo interrumpieran”.