Ciudad de México.- La despedida del escritor Ignacio Padilla continúa este día. Previo al inicio de la misa de cuerpo presente organizada por su familia, amigos, compañeros y lectores acudieron a despedirlo. El chelista Carlos Prieto, los escritores Adolfo Castañón, Silvia Molina, Jaime Labastida, Martín Solares, Xavier Velasco y otros compañeros, entre ellos Daniel Volpi, Julieta Fierro y Eduardo Lizalde; además de funcionarios como Marina Núñez Bespalova, de la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Cultura, y María Cristina García Cepeda, directora del INBA, lamentaron la muerte del escritor. Asimismo, coincidieron en señalar, que el escritor se encontraba en plena madurez creativa, y el mejor homenaje será leer y releer su obra. Previo a encabezar la guardia de honor, en representación del secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, María Cristina García Cepeda señaló que aún no sostienen pláticas con la familia para organizar algún homenaje a Ignacio Padilla; sin embargo, aseguró que planean un proyecto de revisión de sus obras a través de la Dirección de Publicaciones de la Secretaría de Cultura. Aun cuando se había dicho que los restos de Ignacio Padilla serían depositados en el Panteón Español, hoy se confirmó que a las 13:30 horas saldrá el cortejo fúnebre hacia el Panteón Francés La Piedad. Jaime Labastida, director de la Academia Mexicana de la Lengua, de la que Ignacio Padilla era miembro de número, aseguró que “Nacho era un hombre que estaba en pleno desarrollo, un escritor que había alcanzado su madurez y eso hace todavía más lamentable su muerte en la flor de su madurez literaria”. Reiteró que la Academia Mexicana de la Lengua, como es tradición, le realizará un homenaje pasados los seis meses de duelo. Adolfo Castañón, compañero de Nacho Padilla en la Academia de la Lengua, señaló: “era una persona muy veloz, en términos intelectuales, y se fue con esa velocidad; y esa pérdida, es una pérdida que no nos hemos dado cuenta todavía, es como cuando a alguien le cortan la cabeza y sigue la cabeza en su lugar. Yo creo que el genio de Ignacio Padilla, más allá de dejar constancia tiene que ver con una inteligencia e inspiración relacionada y alimentada por la analogía, por el contraste, por la comparación y por el cotejo”.