El Universal / La Voz de Michoacán Ciudad de México. La pintura "El Grito", pintada en 1893 por el artista noruego Edvard Munch no representa un grito, revelaron curadores del Museo Británico de Londres. Mucha gente cree que muestra a un hombre gritando. No es así, dice el museo, que está a punto de mostrar una impresión en blanco y negro de la imagen. Esta versión rara del grito que estamos exhibiendo en el Museo Británico deja en claro que la obra de arte más famosa de Munch representa a una persona que escucha un 'grito' y no, como muchas personas continúan asumiendo y debatiendo, una persona grita", dijo al diario The Telegraph, Giulia Bartrum, curador de una próxima exposición dedicada al artista noruego. La litografía, a diferencia de las obras de colores, presenta una inscripción de Munch que dice: "Sentí un gran grito en toda la naturaleza". Es una referencia a su inspiración para la pintura. Munch caminaba por un fiordo que dominaba Oslo en 1892 cuando el cielo se puso rojo sangre, una visión que tuvo un profundo efecto en él. Munch incluyó deliberadamente el título de esta versión para describir cómo se inspiró en la ansiedad que repentinamente sintió. Estaba tratando de captar una emoción o momento en el tiempo. A través de la inscripción sabemos cómo se sintió. La gente piensa que esta es una persona que grita pero eso no es lo que está pasando", aclaró la curadora. No tengo dudas de que esta figura icónica está reaccionando a las fuerzas externas de la naturaleza en esa ladera. Lo que aún se puede debatir es si, para Munch, esas fuerzas eran reales o psicológicas", expresó Giulia Bartrum. La cuestión de si la figura está gritando o escuchando ha estado viva por décadas. El ex director del Museo Munch en Oslo, Gunnar Soerensen, dijo: "Podría ser un grito en la naturaleza o una persona que grita. Es una cuestión de interpretación". La muestra Edvard Munch: amor y angustia se llevará a cabo en el Museo Británico desde el 11 de abril hasta el 21 de julio. Se trata de la exposición más grande de grabados de artistas en el Reino Unido durante 45 años. Incluye casi 50 préstamos del Museo Munch.