Un reto, conservar el patrimonio cultural, reconoce INAH, ante el hallazgo de piezas en obras públicas y huertas

Entre algunos de los retos para conservar el patrimonio cultural están los fenómenos naturales, el deterioro y la expansión urbana, coincidieron en foro realizado el Instituto Nacional de Arte e Historia (INAH), ante el hallazgo reciente de piezas en diversos sitios de construcción de obras públicas, así como en huertas.

Foto, Samuel Herrera Jr.

Aholibama Andrade/ La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Entre algunos de los retos para conservar el patrimonio cultural están los fenómenos naturales, el deterioro y la expansión urbana, coincidieron en foro realizado el Instituto Nacional de Arte e Historia (INAH), ante el hallazgo reciente de piezas en diversos sitios de construcción de obras públicas, así como en huertas.

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Marco Antonio Rodríguez Espinosa, director del Centro INAH Michoacán, indicó que han buscado atraer a las y los actores inmersos en las tareas de conservación. Como el caso la comunidad de Sevina, donde han hecho diversos esfuerzos para evitar que se derrumbe su templo, el cual fue afectado por los sismos de 2023, pero gracias a la participación comunitaria esto no ha ocurrido, además de que se han sumado a trabajos de restauración.

Precisó que en catálogo tienen alrededor de 4 mil monumentos históricos en Michoacán, y el grado de conservación ha dependido de las propias comunidades que son las responsables de su resguardo y cuidado.

Respecto a los vestigios arqueológicos que se han encontrado durante las obras de infraestructura que lleva a cabo el gobierno del estado, Rodríguez Espinosa refirió que en las labores de construcción del segundo anillo periférico de Morelia ya han direccionado a una brigada de arqueólogos que hacen trabajos de rescate, “presumimos que hay una pequeña estructura, queremos salvarla (...) a la altura de San Nicolás Obispo”, añadió el director del INAH, quien aseguró que hasta el momento en dicha obra no han no han encontrado vestigios significativos.

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Sobre las zonas arqueológicas en las que los agricultores han plantado huertas de aguacate, mencionó que en distintas partes del estado llevan a cabo una investigación con el Instituto de Ciencia tecnología e Innovación (ICTI) para identificar todos los lugares donde hay una afectación directa derivada de plantaciones de aguacate y de berries.

Argumentó que han dialogado con los empresarios, en específico señaló que se han acercado con Berrymex para platicar sobre algunas estrategias que no sean un obstáculo para el desarrollo económico y así armonizar con la protección del patrimonio cultural.

El funcionario aseveró que ven apertura por parte de los productores; precisó que tendrán recorridos en campo para rectificar por medio de mapas cuántos espacios coinciden con sitios arqueológicos, y así revisar las técnicas de siembra que desean emplear para analizar si implicaría una afectación. Por tanto, uno de los aspectos que les piden a los productores es que les hagan saber sus respectivos proyectos. 

Por último, compartió que algunos de los sitios donde han detectado este tipo de problemáticas de desarrollo agropecuario son Tingambato, donde prácticamente en zona arqueológica se encuentra una huerta de aguacate y en Jacona, donde la zona de producción de berries está montada sobre uno de los sitios arqueológicos más importantes y antiguos del estado. 

Organizan foro de conservación

La agencia federal, en compañía de Tamara Sosa Alanís, titular de la Secretaría de Cultura (Secum), encabezaron este mes los Encuentros de Guardianes del Patrimonio Cultural, los cuales se enfocaron en bienes arqueológicos e históricos.

En específico este espacio permite que las y los habitantes de distintas comunidades tengan la oportunidad de compartir sus experiencias en torno a la protección de monumentos, templos, plazas, calles y demás bienes que forman parte del diverso patrimonio cultural.

La antropóloga Aida Castilleja González, secretaria técnica del INAH, refirió que este encuentro surge de un evento que se realizó en diciembre de 2019, en el cual reconocieron la labor de personas que han contribuido a la protección del patrimonio cultural de Michoacán.

En el evento, que se realizó en las instalaciones del Antiguo Palacio Federal, estuvieron presentes habitantes de distintas comunidades de esta entidad federativa, entre ellas Sevina, Santa Clara, Tzintzuntzan, San Lorenzo y Nurío. De hecho, la investigadora apuntó que son las y los pobladores de las localidades quienes de primera mano se comprometen a la protección del patrimonio, por lo que sin su participación el desempeño de las obligaciones institucionales del equipo que conforma el INAH quedaría limitado. Por lo tanto, destacó que en esta labor se requiere de esfuerzos y responsabilidades compartidas. 

Aída Castilleja declaró que este tipo de encuentros además de que inciden en generar y fortalecer el diálogo e intercambio de experiencias, sirven para compartir dificultades y retos al momento de proteger el patrimonio cultural. Particularmente las condiciones a las que refirió, las cuales no siempre son favorables, son el deterioro de los monumentos; la pérdida o disminución del valor patrimonial por fenómenos naturales como huracanes, sismos, lluvias atípicas o sequías.

También resaltó las situaciones que de manera intencional o accidentalmente perjudican al patrimonio, como el caso de los incendios. En esta línea, agregó que otros factores son la destrucción por expansión de infraestructura urbana, el cambio de uso de suelo, el crecimiento urbano, así como la expansión de centros comerciales. Y a esto sumó las limitaciones presupuestales de corte administrativo.