Redacción / La Voz de Michoacán Madrid, España. El artista y escultor más célebre del renacimiento, Miguel Ángel logró plasmar en su David una característica anatómica del cuello un siglo antes de ser descubierta y documentada por los científicos médicos. El descubrimiento se trata de la vena yugular, la cual se extiende desde la parte superior del torso hasta el cuello, sin embargo, en las esculturas de la época esta vena no erra visible, de igual manera permanecía oculta en la fisiología cotidiana de las personas. En esta obra maestra del renacimiento la vena ser observa claramente distendida y se extiende por encima de la clavícula de David, como sucedería en cualquier joven en buen estado físico, sano y que estuviera entusiasmado por enfrentarse a un oponente que pudiera causarle la muerte, en este caso Goliat. Este joven David tiene un estado físico excelente, por lo que habría sido visible en el caso de excitación temporal al que pudo ser sometido el personaje bíblico, que posteriormente sería rey de Israel, al derrotar a Goliat. El escultor tenía vastos conocimientos, entre ellos de anatomía, por lo que debió haber notado la distensión venosa en algunas personas sanas que llegaran a tal grado de emoción, la observación del escultor fue tal que se percató por cuenta propia de este comportamiento de la vena antes de que se presentaran estudios científicos al respecto, este detalle anatómico aparece nuevamente en su escultura de Moisés en la tumba del papa Julio II en Roma. “En el momento en que se creó el David, en 1504, William Harvey aún no había descrito la verdadera mecánica del sistema circulatorio. Esto no ocurrió hasta 1628” señala Daniel Gelfman, profesor en el Marian University College of Osteopathic Medicine en Indianapolis, autor de la novedosa investigación del David de Miguel Ángel. Por otra parte la vena yugular del Jesús recientemente fallecido que yace en el regazo de su madre en la Piedad de Miguel Ángel no está distendida ni visible, nuevamente, anatómicamente correcta en ese contexto. La observación casual de Gelfman durante su visita a Florencia para estudiar el David es la primera vez que la descripción de Miguel Ángel de la yugular distendida se ha observado en la literatura médica, a pesar de que ha estado “escondida a la vista durante más de 500 años”. “En escultura, uno solo puede mostrar una sola imagen a tiempo”, dijo Gelfman. Y en el caso del emocionado y asustado David o agitado Moisés, Miguel Ángel “debe haber querido expresar esta observación [circulatoria] en su trabajo”.