“Orange line to Tennessee”, un libro de poemas y reflexiones

En entrevista para La Voz de Michoacán la también directora de Casa Werma, centro budista ubicado en el Pueblo Mágico de Pátzcuaro

Yazmin Espinoza / La Voz de Michoacán

Mayela Padilla dedicó la primera parte de su vida a la ciencia hasta que, tras la pandemia, se dio cuenta de que era el momento de que su voz artística saliera de la caja y decidió compartir con el mundo sus poemas a través de “Orange line to Tennessee”.

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El libro, que ya va por la segunda edición y será traducido pronto al español, busca mostrar a quien lo lea la importancia de alzar la propia voz e inspirar a otros a hacer lo mismo

Y es que “Orange line to Tennessee” es una colección de las reflexiones nocturnas de Mayela combinadas con su ojo artístico que encuentra la belleza en los momentos más simples. Sus poemas e imágenes se fusionan para darnos la sensación de que estamos en un espacio secreto, cobijados únicamente por las palabras. Ella dice su verdad y te hace preguntarte por qué, quién y, a veces, sabemos dónde.

En entrevista para La Voz de Michoacán la también directora de Casa Werma, centro budista ubicado en el Pueblo Mágico de Pátzcuaro, comparte sobre lo que ha sido para ella este viaje poético.

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¿Cómo fue que te decidiste a reunir tus poemas en un libro?

Yo me dediqué a estudiar más de 20 años temas de medio ambiente, pero siempre tuve un lado creativo que exploraba a través de fotos y poemas. Luego, durante el COVID, fue que decidí publicar un libro. Desde hace mucho me he dedicado a escribir poemas, se los moestraba a mi familia y amigos y siempre me decían que les encantaban pero yo dudaba. Fue hasta que hablé con otro escritor que me dijo que tenía algo interesante y que debía dejar de tener vergüenza de mostrar mi arte, que a veces es muy personal y cuesta. Pero él me motivó a compartir mi voz, así que me decidí a hacerlo. Este en realidad fue un trabajo que comencé desde mis épocas de investigación ambiental, que dije ya no puedo seguir calladita sobre estos temas porque es algo muy importante que quiero que la gente lo sepa y es necesario comenzar a alzar mi voz.

La edición se ve sumamente cuidada, ¿cómo fue el proceso de unir las letras y las imágenes?

En la edición me ayudó mucho mi papá, que también es escritor. Vengo de una familia muy creativa, mi mamá también es escritura. Yo creo que también por eso me tardé muchos años en sacar este libro. Ellos siempre fueron los escritores y yo me fui más por el camino de la ciencia, pero este lado mío siempre ha existido. De hecho mi papá me escribió una introducción para mi libro, y para mí eso fue muy importante porque él tenía una editorial cuando yo era niña para mostrar las voces de los chicanos en Estados Unidos, de su literatura allá. Para mí entonces fue muy especial volver a hacer este trabajo con él, porque yo en aquel entonces me dedicaba a hacer las portadas de sus libros. Para mí libro fue una amiga la que me ayudó con la portada y colaboramos muy bonito. Fue en general un trabajo muy lindo, al hacerlo con mi papá, elegimos los poemas juntos y elegí yo después las fotografías porque quería que fuera una imagen que reforzara las palabras.

¿Cómo te gustaría continuar tu viaje literario?

En este momento estoy escribiendo una autobiografía de mi vida en Pátzcuaro. Actualmente soy la directora de un centro de meditación que se llama Casa Werma y me encanta. Desde que la conocí amé la idea porque visitarla es una experiencia muy especial, y la verdad jamás pensé que viviría en México. Yo nací en Estados Unidos pero mi mamá es mexicana, nació en Mexicali, pero nunca habíamos visitado Michoacán. Por eso se me hace algo interesante, que una gringa-mexicana se encuentra en un centro budista en Pátzcuaro, Michoacán. De eso se trata el libro, les digo a cada persona que visita el centro que si no se portan bien se van a leer en mi autobiografía.

¿Cómo has vivido ese transitar de géneros entre la poesía y la narrativa?

Tal vez es cómo está organizada mi mente pero me sale más fácil la poesía. Lo que se me hace más importante es que, como mis poemas no son largos, es cómo puedes decir muchas cosas en un espacio breve. Eso me encanta, porque puedes decir mucho sin usar muchas palabras. Dicen que con el silencio dices mucho. Así que para mí la narrativa es un reto pero me encanta jugar con las palabras y en general soy muy curiosa con el lenguaje. Creo que tener esa curiosidad es muy importante en la vida, para saber qué quieres decir y cómo lo quieres decir también.

Cuéntame sobre cómo llegas a Casa Werma.

El lugar es maravilloso pero, antes no todos tenían la oportunidad de entrar. Cuando yo llegué y vi eso me dio mucha tristeza, porque el lugar era increíble y se me hacía injusto que no estuviera abierto para todos y solo a algunas personas, turistas de cierta clase económica llegaban. Yo como mexicana-americana me rompió el espíritu porque dije, este es un centro budista en México, debería ser para los mexicanos, así que ahí comencé, abrí el espacio a todos. Empezamos a abrirlo entonces a nuestra comunidad que ya es totalmente mexicana, aunque si vienen norteamericanos porque en el espacio son todos bienvenidos. Y Casa Werma, aunque es un centro budista, no tienes que ser budista para ingresar, somos también un centro de meditación, ofrecemos clases de bienestar, también se pueden hospedad también, como vacaciones. Las personas que trabajan ahí han estado toda su vida y aprecian mucho el espacio y dedicarse a un lugar tan tranquilo que trae tanta paz a la comunidad.

Sobre la autora

Mayela Angelina Padilla nació en San Luis Obispo, California. Es hija del Dr. Ernest Padilla, profesor jubilado de la Facultad de Inglés y Matemáticas, fundador de Lalo Press, una editorial dedicada a promover autores mexicano-estadounidenses y de Yolanda Luera, poeta y autora mexicana publicada.

Aunque Mayela ha dedicado su carrera a las ciencias ambientales y la sostenibilidad, es una introvertida apasionada que disfruta escribir, fotografiar, viajar, meditar y pasar tiempo de calidad con familiares y amigos que la rodean.

Mayela es la directora ejecutiva de Casa Werma, un centro de meditación budista y presentadora del podcast Tiny Climate Challenge.

Cita:

“Hay un poema, mecanic cuantics, que surgió porque quería escribirlo para una persona especial en francés, y no me salían las palabras. Al final me di cuenta de que solo se necesita conectarnos con el amor, y esas son las palabras finales del poema”

Mayela Padilla