EFE / La Voz de Michoacán Doha. En la luminosa Doha, donde las luces desafían a la noche, el rojo y el verde han tomado fuerza. Un edificio emblemático de la capital catarí proyecta una bandera marroquí sobre su fachada, la misma que cuelga de algunos balcones en zonas residenciales. La camiseta roja del equipo africano es la que más se ve en las calles en vísperas de una jornada histórica: Marruecos se enfrenta este miércoles a Francia por un puesto en la final del Mundial. Lo hará en medio del desierto, en el estadio Al Bayt que simula una jaima beduina y que gritará masivamente en favor del equipo árabe. "Todos vamos con Marruecos, son hermanos", asegura Sarah, tunecina que trabaja en el país y que resume bien el sentimiento generalizado. En el crisol de nacionalidades que es este pequeño emirato de 3 millones de habitantes, de trabajadores de muchos países que han acudido al calor de los "gaseodólares" que emergen de su privilegiado subsuelo, Marruecos se ha convertido en un símbolo. EVE2250. DOHA, 14/12/2022.- Aficionados marroquís en la zona de Souq Waqif, en Doha, horas antes de la segunda semifinal del mundial Qatar 2022 que enfrentará a Francia y Marruecos. EFE/Alberto Estévez "Si ellos pueden hacerlo, nosotros también", señala Muhamad, keniano de nacimiento que trabaja de guardia de seguridad durante el Mundial. El seleccionador de Marruecos, Walid Regragui, recoge el guante. "Somos el equipo de muchos países pequeños, en vías de desarrollo. Somos su esperanza", asegura. Los "Leones del Atlas" llevarán sobre sus espaldas muchos estandartes. El primero el de Marruecos y las más de 20.000 gargantas que gritarán a su favor. "Sabemos que será un ambiente hostil", reconoce el capitán de los franceses, Hugo Lloris. "Son muy ruidosos, para eso nos preparamos", agrega el seleccionador, Didier Deschamps. Pero no por sabida la intimidación dejará de jugar su papel. "Son la mejor afición del mundo. No tienen nada que envidiar a la de Argentina o la de Brasil, también se dejan fortunas para venir a apoyarnos", señala Regragui.