Agencias/La Voz de Michoacán. Un sonoro aplauso fue lo que enmarcó el adiós de la ex deportista Soraya Jiménez, ante la presencia de amigos y familiares que acudieron a la agencia funeraria para despedir a la que consideraron una "persona ejemplar y convertida ahora ya en leyenda". Aunque sin la presencia de autoridades deportivas del Estado de México, pero sin del Comité Olímpico Mexicano (COM), el féretro que contenía los restos de quien fuera la primera mujer en conseguir la medalla de oro en unos Juegos Olímpicos, abandonó la sala en donde la noche anterior había llegado. Fue un momento solemne, en el que los presentes despidieron a su ejemplar amiga, compañera y desde luego deportista, quien la víspera falleció en el interior de su departamento de un infarto al miocardio a la edad de 35 años. "Se ha ido una mitad de mi", dijo su hermana gemela Magaly Jiménez, quien desde los inicios de Soraya, siempre estuvo a su lado, compartió grandes momentos de éxito y desde luego la acompañó en aquellos instantes en que su estado de salud flaqueaba. De la misma manera, el hermano de la ex competidora, José Luis Jiménez, quien habló ante los medios de comunicación, se mostró contrariado por su sucedido, ya que el martes pasado habló con Soraya y la sintió contenta y serena. "A pesar de que Soraya siempre fue fuerte, los problemas de salud la empezaron a atacar desde la rodilla, el estafilococo, se le dio un tratamiento fuerte, la libró, pero se le fue a los pulmones. Se tardaron dos años en diagnosticarla", aseveró. Y es que la mexicana tuvo pasar por 14 intervenciones quirúrgicas en la rodilla, situación que la llevó a "ya no tenerlas" porque esperaba la llegada unas prótesis. Asimismo, traía una placa en las cervicales. Las decenas de personas en el interior de la sala de velación, como el presidente del COM, Carlos Padilla, la ex vallista Enriqueta Basilio y la olímpica de Londres 2012, Luz Mercedes Acosta, se unieron a la despedida de la primera mujer que abrió la brecha en la conquista del podio olímpico. "La familia no quiere un homenaje, simplemente desean que todo sea como ella Soraya- lo pidió", comentó el presidente del COM, Carlos Padilla, quien llegó desde temprano a la sala de velación de la agencia funeraria. De igual manera y sin que se esperara, arribó aquel hombre que llevó a la mexicana a la conquista del podio australiano, el búlgaro Georgie Koev, quien todavía la semana pasada conversó por teléfono con su amiga y desde luego su mejor alumna en levantamiento de pesas. "Hablábamos muy seguido, hace uno días quedamos de vernos, precisamente en esta semana, pero jamás creí que sería de esta manera", confesó el entrenador. Koev sostuvo que Soraya Jiménez, jamás perdió contacto con él, tras el retiro, "estábamos en constante comunicación, porque estaba preocupada por su deporte, me siento tranquilo, pero si triste por su partida". Antes de iniciar su trayecto al crematorio, en la capital mexiquense, el ataúd fue cubierto por la bandera olímpica y luego partió en medio de escasos vítores a su paso, por poco menos de 100 personas que se enfilaron en la calle, para despedir a la mexicana que hizo vibrar a México, hace 13 años.