Redacción/La Voz de Michoacán Rusia. De niños sufrieron la guerra, la pobreza, el miedo. Hoy juegan al futbol ante los ojos del mundo. Son antiguos refugiados convertidos en estrellas de Rusia 2018: unos defendiendo los colores de su país de adopción; otros, recorriendo el camino inverso para volver a sus orígenes. La carrera de Luka Modric a la cima comenzó en la vorágine de la guerra en su Croacia natal. sufrió la muerte; Mario Mandzukic, la desolación, la barbarie marcaron su memoria, tatuaron su piel. Literal. El delantero croata se tatuó los brazos y parte de la espalda con mensajes de guerra, quizás como intención para nunca olvidar lo que vio y lo que vivió. En el futbol la historia se produjo en 1992 y, como la de Croacia, tuvo su origen indirecto en las guerras de los Balcanes. Yugoslavia fue excluida de la Eurocopa de ese año en Suecia debido al conflicto y Dinamarca fue invitada a último momento como reemplazo. La personalidad de Mario no es su mejor amiga en la cancha. Actúa como un pitbull, es impulsivo y siempre termina trenzándose en peleas con los rivales. Pero todo tiene un origen: las ya mencionadas guerras de los Balcanes (1991-2001) que destruyeron su natal Yugoslavia. Pero este hombre 'cabeza dura' de pocos amigos hoy es el héroe de una pequeña nación de casi 4,5 millones de habitantes de la Europa central reconocida independiente en 1991, cuando apenas Mandzukic tenía 5 inocentes años. A 'Súper Mario' el futbol le entró por los ojos cuando su familia decidió refugiarse en Alemania huyendo de la guerra. Cuando retornó a los 12 años a su amada Slavonski Brod, a unos 200 km de Zagreb, el chico difícil se hizo profesional en la segunda división con el NK Marsonia en 2004. Por su parte, Modric sufrió lo que ningún otro con la desintegración de Yugoslavia. El mediocampista del Real Madrid escapó de los tiros y bombardeos con sus padres y abuelo. Con la guerra de Serbia en contra de Croacia, Bosnia y Kosovo la familia Modric se refugió de los nacionalistas serbios. Semanas más tarde, un grupo fue encontrado y calificados como rebeldes. Entre ese grupo se encontraba el abuelo de Luka… Aquel “equipo” compuesto por siete croatas fue fusilado; el 10 de Croacia vio como asesinaron a uno de sus seres queridos. Su abuelo. Inversa es la historia de Ivan Rakitic: el jugador del Barcelona nació en Suiza, pero juega en Croacia. ¿El motivo? Sus padres que vivían en Croacia tuvieron que escapar a ese país para estar a salvo de los bombardeos. Rakitic nació en Suiza, pero su mente y corazón siempre estuvieron con el país de su padre. El próximo domingo jugará la final defendiendo los colores de una bandera que no es propiamente la suya. Vedran Corluka (Lokomotiv) y Dejan Lovren (Liverpool) fueron también refugiados en aquella época. Tienes que dejar todo atrás. Eso es duro", dijo Lovren. "De niño tuve que luchar y voy a tener que seguir luchando mientras viva. Al jugar al futbol fue cuando la gente empezó a respetarme".