El mexicano que ganó el Récord Guinness en el maratón CDMX 

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Foto: El Universal

El Universal/La Voz de Michoacán

México. Correr le cambió la vida, podría decirse que se la devolvió. Así resume su historia Víctor Solís Garavito, quien en 2011 fue diagnosticado con la mortal enfermedad de Lyme y seis años después se hizo acreedor a un Récord Guinness por su velocidad implacable.

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Es medio día, el sol atraviesa la ventana con esos rayos que parecen cubrirlo todo; su sala, rodeada por estatuillas y muebles rústicos se envuelve en un ambiente de calidez absoluta.

De complexión delgada, hombre del deporte, con varios tatuajes en el cuerpo que significan lecciones de vida y una barba que no ha sido rasurada en las últimas semanas, describe ese mundo como algo fascinante pero en donde la dedicación, constancia y perseverancia son los primeros requisitos.

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Ejemplar e inspirador, un artista en el afanoso arte de correr los 42 kilómetros que componen una maratón. A sus 31 años, el también psicólogo organizacional se ha consagrado como el actual poseedor del Guinness World Records por terminar con el tiempo más rápido en una maratón disfrazado de una estrella de cartón, pintada de amarillo y elaborada artesanalmente, por él y sus amigos.

¿Cómo lo ha conseguido? Una pregunta que ha escuchado un sinfín de veces.

-No me lo dan, me lo gano y me ha costado- responde con seriedad y orgullo, sentado en ese sillón naranja y aterciopelado. Sabe que lo ha dado todo y que por esa razón hoy es reconocido como uno de los corredores mexicanos más destacados.

Se levanta desde muy temprano para llevar su cuerpo al máximo, antes de que el astro rey haga su aparición, en donde las estrellas lo acompañan y atestiguan cada gota de sudor.

Desgarres, lesiones y hasta entumecimientos musculares que lo han dejado sin correr por algunos meses es el camino por el que ha transitado. De paso se lleva todas las experiencias jamás imaginadas, que creía imposibles cuando era niño.

EL DESPERTAR DEL CORREDOR

Año 2009, época inolvidable para Víctor, cuando su vida dio todo un giro por la mordedura de una garrapata que le provocaría una infección, bacteriana específicamente, poco conocida en México y difícil de diagnosticar. Derivó en la enfermedad de Lyme, agresiva, rara y mortal, que lo mantuvo postrado en la cama de un hospital por varios meses.

Tejidos musculares y articulaciones adoloridas, pérdida de las facultades del habla y de la vista, no poder caminar, le era un calvario. Estuvo al borde de la muerte pero un buen día cayó en las manos correctas.

Medio año después de estar en el hospital, esperando a que su cuerpo reaccionara al tratamiento con antibióticos y así combatir la enfermedad, el camino de retomar de nuevo su vida vendría a continuación, pero ahora con una serie de cambios.

Ya con Lyme controlada y él más fortalecido, comenzó a trabajar, en forma de agradecimiento, en el hospital donde laboraba su doctora, y es en ese lugar donde vio algo que lo hizo cambiar internamente y para siempre. Observó un anuncio: “Si fumas un cigarro pierdes tres horas de tu vida, en cambio, si haces una hora de ejercicio te dará un día más de vida”. El anhelo de postergar su existencia lo hizo decidirse.

LA JOVEN PROMESA EN LOS MARATONES MUNDIALES

Nueva York, Boston, Chicago, Berlín y Ciudad de México; en tan sólo ocho años ha corrido los maratones de estas icónicas urbes, la mayoría de ellos en más de una ocasión, y finalizando de manera ejemplar. En 2017 rompe su Récord Guinness por terminar con el mejor tiempo la maratón de la CDMX, ¿lo extraordinario? iba vestido de una estrella.

¿QUÉ SIGUE AHORA?

El próximo año será importante para él, pues en abril del 2020 el maratón de Tokio será todo un reto, y después Londres. Una vez terminada la aventura se convertirá en el mexicano más rápido de todos en completar los seis maratones más importantes del mundo.

Amigos, trabajo, deporte y familia; equilibrar una vida profesional, personal y de atleta no le ha sido nada fácil, se ha despedido de eventos sociales, relaciones interpersonales y posibles avances en su trabajo. Pero se queda con las ciudades espectaculares que ha visitado alrededor del mundo, y los amigos que ha hecho.

Correr le cambió la vida, podría decirse que se la devolvió. Actualmente Víctor, junto con otra colega, poseen una empresa que ayuda a las personas a conseguir empleo en México, imparte clases en el Tecnológico de Monterrey (su alma máter) y da conferencias sobre las gratificaciones que conlleva realizar deporte.