Agencias / La Voz de Michoacán Miami, Florida. Argentina es campeón de la 48 Copa América. La albiceleste enlaza tres grandes torneos seguidos ganados tras la anterior Copa América y la Copa del Mundo que logró en Qatar. Iguala así a España, que hasta ahora era la única selección con tres victorias al hilo entre 2008 y 2012. El partido fue intenso y extraño desde antes de que los jugadores saltaran a la cancha del Hard Rock Stadium en Miami. Pero el marcador no se movió hasta que Lautaro Martínez, en la segunda mitad del tiempo extra, aprovechó un gran pase filtrado para perforar el arco de Colombia. La final arrancó con más de una hora de retraso debido a los incidentes que se produjeron en el acceso al estadio en las horas previas. Aficionados sin entradas trataron de colarse –y muchos lo lograron– saltando los tornos en cuanto se abrieron las puertas alrededor de las 17:00 horas locales. Entonces, la seguridad decidió cerrar las vallas que rodeaban el estadio y dejar pasar al público a cuentagotas. Se vivieron aglomeraciones, algún desmayo por el calor y forcejeos. A las 20:00 horas, cuando debía comenzar el juego, las gradas aún estaban medio vacías. Una hora después ya estaban llenas. Los que habían accedido sin ticket se situaban en los pasillos de las gradas y donde podían. La policía trató de sacar a algunos y vació muchos de esos pasillos, aunque en algunas zonas abiertas con visión del campo –pero sin asientos– se permitió que muchos se quedaran de pie. El ruido en las gradas fue ensordecedor, ya desde los himnos. Cuando Karol G cantó el de Colombia prácticamente no se escuchaba a “La Bichota” porque dos tercios del estadio (había dos cafeteros por cada albiceleste) gritó “Oh, gloria inmarcesible” a todo pulmón. El partido fue intenso desde un primer momento, con Colombia dominando la posesión del balón y llegando con más frecuencia, pero con la experimentada Argentina creando también peligro, ya desde el minuto 1 con una ocasión de Julián Álvarez, y poco después con otra de Lionel Messi. Por los de amarillo fue Jhon Córdoba quien se creó la mejor oportunidad con un tiro al palo derecho de la portería de Emiliano “El Dibu” Martínez. Con 0-0 en el marcador, los dos onces se fueron al medio tiempo con buen tiempo para descansar. La actuación de Shakira –que “cantó” en playback tres canciones– alargó el intermedio hasta los 26 minutos. A alguno le vino bien para recuperarse del calor -85 ºF- y la humedad de Miami. El segundo tiempo arrancó con una llegada de Colombia por la derecha que culminó Santiago Arias con un tiro cruzado que se fue por poco a la derecha del palo del “Dibu”. Poco después fue Davinson Sánchez quien remató de cabeza por arriba del larguero en un córner. Pero después de esos apuros iniciales del segundo parcial, Argentina se recuperó y comenzó a apretar, alentado por su público que por un momento se escuchó por encima de los más numerosos colombianos. Las lágrimas de Messi Cuando mejor estaba Argentina, el 10 se lesionó corriendo en defensa detrás de un jugador rival. Se echó al suelo llevándose la mano al muslo y tuvo que ser sustituido. El shock fue tal que ni siquiera los aficionados argentinos le jalearon en masa cuando salía del campo. Sería ya en el banquillo, con el astro llorando en las pantallas del Hard Rock Stadium, cuando su afición le ovacionara una vez más con cantos de “Messi, Messi, Messi”. Poco más de 10 minutos después Argentina marcaría… en fuera de juego. En el 88 otra gran ocasión para Argentina con un remate de cabeza de Nicolás González, que había entrado al campo veinte minutos antes, por encima del larguero de Camilo Vargas. Tiempo extra sin las estrellas Si antes había sido Messi quien tuviera que abandonar el campo por lesión, Colombia arrancaría la prórroga sin James Rodríguez, que fue sustituido por Juan Fernando Quintero. Después Argentina hizo un triple cambio para poner en la cancha a Lautaro Martínez, Giovani Lo Celso y Leandro Paredes. El partido agarró un ritmo y una intensidad mayor de la que se vio en los 90 minutos reglamentarios. La primera parte de la prórroga fue un ida y vuelta con continuas llegadas en ambas porterías. Pero sería en la segunda cuando Argentina, quizá por experiencia, quizá por resistencia, lograra a través de Martínez el gol que sitúa a esta selección entre las más laureadas de la historia.