EFE / La Voz de Michoacán El Tottenham, plagado de suplentes, accedió a los dieciseisavos de final de la Copa de Inglaterra tras golear por 0-5 al Marine, que, a pesar de sufrir en contra un abultado marcador, vivió su propia fiesta en un encuentro en el que hizo historia. Por primera vez en la historia de la FA Cup un equipo de octava división como el Marine se midió con un rival de la Premier. Hace trece años otro de esta categoría, el Chasetown, jugó también la tercera ronda copera. Pero no se enfrentó a un conjunto de la máxima categoría inglesa, sino a uno de segunda, la Championship, el Cardiff, con el que perdió. El Marine disfrutó del honor de acoger a un grande. Al cuadro de Jose Mourinho en el campo de Rossett Park, con capacidad para 3.000 espectadores. No hubo gente en el recinto pero sí espectadores en los balcones de las viviendas aledañas al campo y en sus alrededores. Fue un hecho histórico para los habitantes de Crosby, en Merseyside, sede del modesto club. Muchos adquirieron localidades virtuales para apoyar económicamente a la entidad a pesar de no poder asistir a una cita sin precedentes. El momento lo merecía. El equipo de menor categoría en esta tercera ronda de la Copa Inglesa disfrutó de su propia fiesta. Sin objetivo deportivo ante el Tottenham, que presume de nueve finales y ocho trofeos en la FA Cup, al Marine le bastó con aprovechar su momento, por enfrentarse a jugadores reputados y compartir protagonismo en un partido con futbolistas que salen habitualmente en los diarios. Por un día los integrantes del Marine disfrutarán de esa gloria y quedarán para la historia, con el técnico Neil Young a la cabeza. Después, el equipo acometerá su particular vivencia en la Northern Premier League Division One North West, denominación de la competición que disputa, la octava división. No formaron parte del espectáculo Harry Kane ni el meta Hugo Lloris, fuera de la convocatoria de Jose Mourinho, que en el banquillo dejó a hombres como Gareth Bale, Sergio Reguilón, Tanguy Ndombele o el coreano Min Heung Son. Aún así, dispuso el preparador portugués de un once reconocible que satisfizo las expectativas y las apetencias de su rival y sus aficionados. Con el meta Joe Hart, el belga Toby Anderweireld, el francés Moussa Sissoko, el internacional Dele Alli, el portugués Gedson Fernandes o los brasileños Lucas Moura y Carlos Vinicius. A nivel competitivo, sobre el césped, no hubo color. Carlos Vinicius y después del joven juvenil Alfie Devine se colaron en la fiesta del Marine. El brasileño firmó tres de los tantos de su equipo. Devine se estrenó con el primer equipo de los spurs y se convirtió en el más joven en debutar y también en marcar. Firmó el quinto de los goles. Al descanso el Tottenham ya tenía asegurado el pase a dieciseisavos. En trece minutos firmó cuatro tantos. Vinicius marcó en el 24, el 30 y el 37. Lucas Moura en el 32. En el intermedio, Mourinho optó por dar entrada a los jóvenes Japhet Tanganga, por Anderweireld, de 21 años, y, sobre todo, Devine, que ocupó el lugar de Sissoko. El juvenil tardó un cuarto de hora en marcar. Aprovechó una buena jugada de Lucas y anotó el quinto del equipo londinense. Hizo historia. Después Rossett Park tuvo ocasión de contemplar la vuelta a la escena de Gareth Bale, que a la hora de juego saltó al campo en el puesto de Dele Alli. También Jack Clarke, por Lucas. Incluso Sergio Reguilón, que disputó los últimos veinte minutos tras sustituir a Ben Davies. El marcador ya no se movió en un día que quedará fijado para la historia. El Marine vivió la suya propia. Devine otra particular. El Tottenham cumplió su objetivo.