Notimex/La Voz de Michoacán Argentina. El autobús que transportaba a los jugadores del equipo argentino de futbol Boca Juniors fue apedreado y rociado con gas pimienta en su camino al Estadio Monumental, en donde hoy disputará una inédita final de la Copa Libertadores contra el River Plate. El chofer de Boca terminó desmayado, mientras que los jugadores tuvieron que tirarse al piso para evitar el impacto de los gases, lo que derivó en quejas oficiales por parte del club. Todo lo contrario había ocurrido a la salida del vehículo en el céntrico hotel donde concentró el equipo, ya que partió rodeado de miles de fanáticos que, banderas gigantes en mano, vestidos con las camisetas azul y oro, los alentaron a cometer la hazaña de ganarle a River en su propia cancha. El escenario fue cambiando conforme el autobús se acercó a la sede de sus rivales, en donde el clima se tornó más tenso ya que los hinchas de River se acercaban a insultar a los jugadores y a frenar el paso del vehículo. Ya en las cercanías del Monumental comenzaron a llover piedras que rompieron algunas de las ventanas, lo que fue aprovechado por grupos de violentos que gasearon el interior del autobús. La agresión a los jugadores de Boca Juniors ensombreció la previa de una jornada que hasta ese momento estaba teñida un clima festivo por la ilusión que tienen los millones de fanáticos de ambos equipos de salir campeones. El Estadio Monumental abrió sus puertas desde temprano para recibir a los 60 mil fanáticos que alentarán sólo a River Plate, ya que por cuestiones de seguridad en los partidos en Argentina no se permite público visitante. Los dos clubes más importantes del país se enfrentarán por primera vez en una final de la Copa Libertadores, en lo que ya ha sido calificado como “el partido del siglo”.