AP/La Voz de Michoacán Nueva York. Las fuertes críticas del presidente Donald Trump para que los dueños de equipos de la NFL despidan a los jugadores que se arrodillen durante el himno nacional de los Estados Unidos sólo han servido para incitar más protestas de los jugadores en lugar de apaciguarlas. Más de un centenar de jugadores se hincaron, sentaron o levantaron sus puños en gesto desafiante el domingo. Hace una semana, sólo 4 se quedaron sentados y dos levantaron los puños. Desde la temporada pasada varios jugadores de la NFL, encabezados por el expasador de San Francisco, Colin Kaepernick (hoy agente libre), han optado por hincarse, sentarse o levantar los puños durante el himno en protesta por el trato que la policía le da a la gente de raza negra, que consideran discriminatorio. Donald Trump seguramente no se imaginó en lo que se metía cuando planteó que los propietarios de los equipos de futbol americano debían “echar a ese hijo de...” que se arrodillaba durante el himno nacional. El comentario fue aplaudido por los asistentes a un acto del presidente en Huntsville, Alabama, pero caló hondo en el deporte más popular de Estados Unidos, en el que la mayoría de los jugadores son negros y muchos vienen de barrios pobres y peligrosos, donde fueron criados por madres solteras a las que veneran. “Soy hijo de una reina”, declaró visiblemente emocionado el lineman defensivo de los Falcons Grady Jarrett. “No hay hijos de... en esta Liga”, afirmó el técnico de los Leones Jim Caldwell el domingo, cuando al menos 200 jugadores de la NFL se arrodillaron, se sentaron o rezaron durante el himno nacional, para protestar los comentarios de Trump. Tres equipos directamente esperaron a que hubiese terminado el himno para salir al terreno de juego. Para más información checa nuestra edición impresa del 17 de octubre.