El Universal/La Voz de Michoacán México. Del laboratorio que hace seis años presumían fervientemente los directivos de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), hoy parece tema prohibido y no existe quien se pronuncie respecto al posible cierre de las instalaciones, tras las versiones periodísticas que señalaron el final de las actividades. En la Conade todo es silencio. Silencio y hermetismo por parte de las autoridades, incluido Benjamín Velasco, el director del laboratorio. EL UNIVERSAL Deportes asistió a la instalaciones de la Comisión, pero cuando se preguntó por Velasco y el asunto a tratar, surgieron las negativas por parte del personal de vigilancia. "No está y no sabe su asistente cuanto vaya a tardar", dijeron. En las llamadas a su oficina también se mostraron esquivos. Primero aseguraron que tardaría una hora en llegar y luego simplemente dejaron de contestar el teléfono. El posible cierre del laboratorio de la Conade es un asunto público. En este lugar, se invirtieron cerca de 176 millones de pesos desde su certificación en 2013 por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) hasta diciembre del año pasado, según cifras de la Comisión del Deporte de la Cámara de Diputados. Los recursos que se invirtieron provinieron del erario y el objetivo del laboratorio era que se analizarán las muestras de diferentes Ligas y deportistas mexicanos y extranjeros en el país para realizar estás pruebas con mayor velocidad en relación a cuando se enviaban al extranjero. La llegada del laboratorio de la Conade suponía una forma de ingresos para el organismo y también para el país. Sin embargo, las cosas se complicaron a partir de la primavera del 2016. En ese año, la esgrimista Paola Pliego participó en una panamericano en Panamá y las pruebas antidopaje de ella y otros atletas fueron analizadas en el laboratorio de la Conade. El resultado de las muestras analizadas de la queretana dieron positivo. Pliego y su equipo de abogados apelaron la decisión y el laboratorio de Colonia, en Alemania, confirmó que el de la Comisión se había equivocado y que la esgrimista había sido falsamente señalada por dopaje. Coincidentemente, el laboratorio fue cerrado por un año, es decir, hasta el 2017. Y apenas dos años después, volvería a cerrar sus puertas mientras las autoridades son incapaces de dar una postura al respecto.