Agencias / La Voz de MichoacánTiger Woods vuelve al Masters, lo que no es tan sorpresivo como el año pasado pero de todos modos constituye una aparición inusitada. Éste será apenas el tercer torneo del astro ante rivales de elite desde que completó renqueando 72 hoyos en el Augusta National. Para Rory McIlroy, ésta podría ser su mejor oportunidad de ceñirse al fin ese saco verde y de completar el Grand Slam en su carrera. El norirlandés ha estado jugando su mejor golf, y su popularidad parece mayor que nunca, tras convertirse en una de las principales voces que piden transformar la Gira de la PGA. Tan sólo la presencia de estos dos golfistas debería bastar para generar altas expectativas del Masters, un torneo que de ningún modo necesita ayuda para llamar la atención. Pero han cambiado muchas cosas desde que Scottie Scheffler sorprendió al coronarse en el certamen. Y los cambios han ido de los campos de golf a los tribunales. Woods, McIlroy y Scheffler compartirán protagonismo con una historia que ha ocupado los titulares y generado profundas divisiones en un deporte que más bien se caracterizaba por la cortesía. Enfrentarán a 18 jugadores que no son ya bienvenidos en la Gira de la PGA puesto que desertaron a la liga LIV, financiada por Arabia Saudí. “Para un aficionado al golf, lo importante es que Tiger viene. Tienes esta mezcla de LIV y PGA en el Masters, que es un ambiente tradicional. Los medios se van a volver locos”, vaticinó Xander Schauffele. “Habrá aquí y allá muchas preguntas sobre las divisiones entre ambas giras. Pienso que habrá barullo por todo. Para un aficionado al golf, creo que será asombroso". Puede ser que el tema de conversación ante el gran roble frente a la casa club del Augusta National sea el alargamiento del recorrido hacia el hoyo 13, par 5. También podría hablarse de la moción más recientemente presentada en una demanda antimonopolio entre LIV Golf y la Gira de la PGA. ¿Y quién no pagaría por estar en la parte alta de la casa club el martes por la noche, durante la cena anual del Masters para los campeones pasados, siete de los cuales han emigrado a LIV Golf? Scheffler, como campeón defensor, está a cargo de definir el menú, no de mantener la paz. “Le digo todo el tiempo a Scottie que hable del elefante en la habitación, pero no pienso que eso vaya a pasar”, dijo Jordan Spieth entre risas. “Le insisto: Es tu misión mencionar al elefante cuando hablas. No sólo tienes que agradecer. Pero no creo que él esté cayendo en la treta, como suele ocurrir conmigo”. De hecho, nada de lo que solía ocurrir estará pasando en el Masters. Se pensaba que Dustin Johnson tenía dudas sobre marcharse a LIV Golf ante las preocupaciones de que no pudiera regresar al Augusta National, donde impuso el récord de menos golpes en 2020. Finalmente emigró en junio, a cambio de unos 150 millones de dólares tan sólo por la firma, de acuerdo con algunos reportes. Y cualquier preocupación de que Johnson y los demás desertores se perdieran el prestigioso torneo se desvaneció en diciembre, cuando Fred Ridley, presidente del Masters, dijo que la lista de invitados no podía cambiar, sin importar dónde se ganaran la vida los golfistas. Cualquier veto quedó descartado al menos para este año. Ridley dejó claro también que no estaba contento con el estado del golf desde que surgió la liga rival —encabezada por Greg Norman y pagada por el fondo soberano de Arabia Saudí. Hizo referencia a nueve campeones del Masters que se habían convertido en héroes del golf. Los nombres que mencionó no incluyeron el de Phil Mickelson, tres veces campeón y otrora un golfista muy popular pero quien apoyó decididamente a LIV. “Han mostrado respeto por quienes vinieron antes que ellos y trazaron un camino para las generaciones futuras. El golf es mejor por ellos”, dijo Ridley. “Lamentablemente, los actos recientes han dividido el golf profesional de hombres, al disminuir las virtudes del juego y los legados significativos para quienes construyeron esto”. Pocos jugadores de la PGA han visto a colegas como Johnson, Mickelson y Brooks Koepka desde el Abierto Británico. Cameron Smith ganó la jarra plateada y se unió a LIV seis semanas después. “Dentro de las cuerdas, incluso la gente que ha tenido disputas se toma esto como un ambiente de trabajo”, dijo Schaufele. “Será agradable tener a todos de regreso en la misma oficina”. Nadie está seguro de qué esperar. Pocos golfistas de la LIV han jugado más de nueve veces desde el Abierto Británico en St. Andrews. Y en la liga saudí, se suelen realizar torneos de 54 hoyos con 48 participantes. Su ubicación en el ranking se ha desplomado porque la LIV no reditúa puntos. Johnson era 16to del mundo cuando terminó su participación en St. Andrews. Ahora es 68vo. Koepka salió de los primeros 100 lugares del mundo (111) por primera vez en 10 años. “Sólo porque los chicos no ocupan un buen lugar en el ranking eso no quiere decir que no sigan siendo jugadores destacados, y nosotros como profesionales sabemos eso”, comentó Schaufele. “Cuando algunos de estos tipos juegan bien son difíciles de vencer. Algunos de ellos se marcharon cuando estaban enrachados, otros cuando no estaban tan bien en su desempeño. Pero sabemos lo bueno que puede ser cada uno”.