Redacción / La Voz de Michoacán Para Mike Tysonn su contrincante en turno, James Douglas, en febrero de 1990, no representaba desafío alguno, lo consideraba fácil de vencer; su visita a Tokio la tomó de paseo. Con un récord de 37 victorias y ninguna derrota, ¿quién se iba a imaginar que los excesos lo noquearon antes de subirse al ring? Tyson ni siquiera se molestó ni siquiera por estudiar a su rival, ya que había vencido a todos los que lo habían noqueado, confesó el campeón mundial de los pesos pesados en su autobiografía. Fiesta y sexo en la ciudad asiática es lo que pasaba por su mente. “El 8 de enero de 1990, subí a un avión para volar a Tokio. Pateando y gritando. No quería pelear; todo lo que me interesaba entonces era salir de fiesta y tener sexo con mujeres. No consideré a Douglas como un gran desafío. Ni siquiera me molesté en ver ninguna de sus peleas en video. Yo había vencido fácilmente a todos los que lo habían noqueado”, dijo el llamado IronMike. Alcohol, sexo con sirvientas y con esa joven japonesa con la que ya había intimado en una visita previa a Japón, aprovechando que su esposa, quien lo acompañaba a la gira, se iba de compras, ese fue el entrenamiento de Tyson. “Además de tener sexo con las sirvientas, estaba viendo a esta joven japonesa con la que había tenido sexo la última vez que estuve en Japón. Robin (su esposa) salía de compras y yo bajaba a la parte trasera del hotel donde esta joven tenía una habitación… Así que ese fue mi entrenamiento para Douglas”, admitió. ¿Tyson era invencible? Estaba tan confiado de que ganaría la pelea que no le importó continuar la fiesta, incluso horas antes del combate. “El día antes de la pelea también tuve dos sirvientas al mismo tiempo. Y luego dos chicas más, una a la vez, la noche antes de la pelea”. Pero la noche del 11 de febrero de 1990, el mundo vio caer al gigante; James Douglas se quedó con los títulos la AMB, CMB y FIB de los pesos pesados al noquear a Mike Tyson. Esta experiencia lo llevó a recapacitar para enderezar el camino, y lo logró. Hiló ocho victorias consecutivas y recuperó dos de los títulos, según relata el expugilista en su biografía.