Ciudad de México.- El matador de toros tlaxcalteca, Rodolfo Rodríguez “El Pana”, recibió un sentido y emotivo homenaje por parte de la afición taurina en la plaza de toros Nuevo Progreso. El lidiador, quien falleció la víspera en el Hospital Civil, fue llevado al coso tapatío, donde se le despidió antes de que emprendiera el camino a su natal Tlaxcala. La carroza en la que llegó el cuerpo del llamado “Brujo de Apizaco”, llevaba en la parte delantera el tradicional sarape que utilizó “El Pana” como capote de paseo y los típicos arreos que usó como verdadero “torero de la legua”. Llevado en hombros por amigos, familiares y aficionados taurinos, el féretro dio una sentida y emocional vuelta al ruedo entre los aplausos y los ¡olés! de los presentes, que así le brindaron el adiós al reconocido y experimentado torero. Entre los presentes en este sencillo, pero sincero homenaje, estuvieron algunos toreros y subalternos, como Miguel Ángel Martínez “El Zapopan”, Alfonso Hernández “El Algabeño” y Alfredo Gutiérrez, entre otros. Un personaje peculiar. “La magia del toro acaba de morir”, resumió el edil Jorge Luis Vázquez Rodríguez, para referirse al fallecimiento del matador. “En Tlaxcala la afición taurina está de luto porque se fue uno de los toreros únicos, cuya característica fue vivir a plenitud”, dijo el alcalde, quien recuerda el consejo que “El Pana” les daba a los jóvenes: “Chamaco no desesperes, todo para adelante porque cuando los perros gritan es que vas bien”, les decía el matador. En Apizaco la mayoría conoce la historia de “El Pana”, nacido el 2 de febrero de 1952, cuyo apodo le vino de uno de sus primeros oficios; también se cuenta que fue sepulturero y vendedor de gelatinas. “Yo lo conocí durante 50 años y puedo decir que ‘El Pana’ fue un hombre de mucho esfuerzo, autodidacta, porque apenas estudió la primaria y tal vez un poco de secundaria, pero con eso tuvo para aprender a hablar inglés, portugués, francés …”, cuenta Hugo Méndez González, ganadero de toros de lidia. Rodolfo fue hijo de un policía judicial que fue asesinado cuando él tenía apenas tres años de edad; luego su mamá se casó nuevamente y tuvo siete hijos. Virtud a su relevancia como matador de toros el Cabildo municipal dispuso que la Plaza Monumental llevara su nombre a partir del 25 de noviembre de 2010. El empresario Hugo García tiene varias anécdotas de “El Pana”. Cuenta que siendo presidente municipal en el año 1975, Rodolfo trabajaba en la panadería “La Hortensia” y una mañana llegó la esposa del dueño a pedir el apoyo de las autoridades porque “El Pana” instó a sus compañeros a suspender labores y a sacar al propietario del negocio, un hombre de 80 años de edad, aproximadamente. Don Hugo García, el edil en ese tiempo, llamó al torero y le pidió suspender su protesta, pero además respetar al dueño de la panadería. “Es un explotador de los trabajadores”, respondió él y se negó a atender la petición de la autoridad. “Además usted no me diga nada porque le llamo a mi líder para que me defienda”, dijo Rodríguez, al tiempo de sacar una credencial con su fotografía y los logos del Partido Comunista. Méndez también conoció a “El Pana” en su etapa de crisis de alcoholismo. El matador se quedaba dormido en las calles y varias veces lo llevaron a los anexos, donde lo trataban mal.