Agencias / La Voz de Michoacán El icónico luchador Shocker ha abierto su corazón para compartir una parte de su vida marcada por la oscuridad y el arrepentimiento. En una entrevista sin precedentes, el tapatío confesó detalles impactantes sobre su pasado, revelando cómo las adicciones y los excesos pusieron en peligro tanto su carrera como su bienestar personal. En un momento de profunda sinceridad, Shocker admitió haber caído en la desesperación de las sustancias, llevándolo a tomar decisiones que aún hoy lamenta. Entre ellas, reconoció haber mantenido relaciones con un promotor a cambio de dinero, mientras estaba inmerso en un torbellino de sustancias. La carga emocional de aquellos momentos oscuros aún pesa sobre los hombros del luchador. El famoso describió cómo se sintió como "la peor basura del mundo" al darse cuenta de hasta dónde lo habían llevado sus desenfrenos y cómo esto afectó su percepción de sí mismo y de los demás. Yo tuve una relación ... con un promotor por dinero, yo me metí con un hombre, muy (mal estado) pero lo hice y eso me causó problemas con ciertos compañeros porque pensaban que yo era homosexual y yo me sentía la peor basura del mundo, ... era ‘El Bucker’ Víctor Quiñones. A pesar del doloroso pasado, Shocker está decidido a enfrentar sus demonios internos y buscar la sanación. Recientemente anunció planes para someterse a una cirugía de mandíbula, una medida que espera marcará el comienzo de un nuevo capítulo en su vida, libre del peso de las lesiones y el sufrimiento. Un día fuimos a un centro de diversiones “Las Fabulosas” y de ahí me fui con él al hotel, como él compró (suatancias) pues yo quería más ... e hice cosas aberrantes, ... no terminó eh, cuando lo entendí dije ‘no, vete ya, esto no está bien’ me levanté a bañar, pero ya lo había hecho. La valiente decisión de Shocker de compartir su historia es un recordatorio poderoso de la importancia de la honestidad y la vulnerabilidad en el camino hacia la recuperación. Su testimonio sirve como un faro de esperanza para aquellos que luchan con sus propios demonios, recordándoles que nunca están solos en su lucha por la sanación y la redención.