Agencias / La Voz de Michoacán Ciudad de México, 18 de julio.- La vida de Uriel Adriano ha virado por completo. De ser un seleccionado alejado de la fama y el reconocimiento, se ha convertido en la estrella de la selección mexicana en el Mundial de Puebla. La razón es el oro mundial conseguido el martes por la noche, una medalla que atrae miradas. Adriano salió lesionado y custodiado por policías federales tras recibir la presea de campeón. Luego fue requerido a innumerables entrevistas. Es el primer varón mexicano que gana un oro mundial desde que en 1979 lo hizo Oscar Mendiola. Eran los tiempos en que el taekwondo se peleaba sin careta, no había petos electrónicos y Adriano ni siquiera estaba en planes de sus padres. Con la etiqueta de campeón, ayer se presentó a la tribuna para apoyar al equipo mexicano; pero no pudo disfrutar las peleas. Le llegan solicitudes de fotografías, autógrafos y entrevistas. "Llegué con un trabajo para hacer más de seis peleas, pero siempre con la idea de ganar”, insistió Adriano, quien habla pausado y aún le intimidan las cámaras. Se siente cómodo hablando de las peleas que tuvo, se sonroja cuando habla de los pilares de su vida: la familia y los entrenadores. “Ayer (martes) me estaba cambiando y en medio de todo el relajo unos se llevaron mi maleta, otros mis espinilleras. No traigo ni siquiera el teléfono. Ahorita ni tiempo ha habido de enseñarle la medalla a mi familia”, compartió. En la lista de agradecimientos están también sus maestros en el tatami. “Tuve buenos entrenadores siempre, con Francisco Miranda y Hugo Santamaría”, recordó. “Después en la selección Jalisco estuve con el profesor Sang Yong Moon, él fue quien me hizo y me formó nueve años hasta que llegué a la Selección Nacional”, compartió. 3 Mundiales en los que ha participado Formado por el sistema deportivo de Jalisco, Uriel Adriano llegó a la selección a los 19 años y ha competido en tres mundiales: Conpenhague 2009, Gyeonju 2011 y Puebla 2013. Este último es el más frenético, nunca antes había salido escoltado por la policía. “Me llevaron cargando como si hubiera hecho algo malo, pero era porque había mucha gente y era su trabajo”, ironiza. “Estaba también muy golpeado. Son gajes del oficio, no son lesiones mayores finalizó, antes de volver a regalar otra sonrisa y posar para la fotografía. “Será un descanso corto, sólo una semana porque tenemos más compromisos y hay que volver a entrenar. Los demás países también entrenarán porque nos quieren ganar”, afirmó el mexicano, quien se transformó en un inesperado y tímido campeón mundial.