Esmeralda Salgado| La Voz de Michoacán León. Como esta fecha no hay dos, la adrenalina desplegada en cada rincón de Guanajuato maravilla a propios y extraños sin importar las distancias, desde Ecuador, Japón, Chile, Estados Unidos, Finlandia, Ciudad de México y sus alrededores, la gente se dio cita desde el jueves. Y es que entre esos túneles de Guanajuato Capital, las esperanzas de coronarse campeones elevaron la adrenalina de cada equipo inmiscuido en el WRC, WRC2 y el NACAM. La participación de los expertos no estaba en duda, pero una falla que incendió el auto del mexicano Benito Guerra, impidió aplaudir al piloto, mientras que el 9 veces campeón del mundo, no pudo con el tiempo fuera del asfalto, el cual le cobró factura y aunque se llevó un quinto sitio, la gente le reconoció su retorno de pie, ovacionando con el 'olé olé Loeb Loeb'. El Salto, las montañas de Silao, Alfaro, las Minas y más fueron escenarios perfectos para dar el ancho, el cuál le vino bastante bien al binomio de Pancho Name y Armando Zapata que con el auto 83 Mitsubishi, se llevaron el premio a la mejor tripulación mexicana, a pesar de que el piloto lo consideró, el año más difícil desde el 2004. Ambos levantaron el premio Bernardo Audibert. Bajo los rayos inminentes del sol y con el auditorio del lago a tope, en el Skoda verde y blanco llegaron los campeones Potus Tidemand y Jonas Andersson,los mandamás de la WRC2, que hicieron ver el alerón al español Dani Sordo. Pero el momento más esperado fue ver al binomio francés Sebastien Ogier y Julien Ingrassia, pues fueron ganadores indiscutibles del WRC, llevándose por sexta ocasión estw título, celebrando entré champaña y ovaciones, así cerraron el ciclo de los quince años, haciendo de esta fiesta algo inolvidable.