Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Dicen los historiadores, que, durante el siglo XIX, en la llamada era del Viejo Oeste, fueron las minas de oro las que detonaron en gran medida desarrollo de varios de los puntos urbanos más importantes de lo que actualmente es Estados Unidos de América. En Michoacán, su “metal precioso” es el aguacate, auténtico “oro verde” que ha encontrado un nicho de mercado que parece no tener fondo y gracias al cual los precios se han multiplicado como ningún otro producto agroalimentario en el mundo. Y tal como pasó en su momento con la lucha por el control de las minas y la problemática subsecuente de hacerse del valioso mineral a costa de lo que fuera por los hacendados de aquella época, el aguacate, con todo y sus grandes aportaciones a la economía michoacana, ha traído consigo una ola de consecuencias en mayor o menor grado tanto para la misma entidad como para aquellas personas dedicadas a su producción. No es para menos. Según la información del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), en poco menos de cuatro décadas agricultores del estado pasaron de dedicar 30 mil 979 hectáreas para su cultivo, a 158 mil 806 hectáreas el año pasado. Es decir, en 38 años la superficie dedicada a producirlo se quintuplicó. El valor total de la producción se multiplicó por mil 905. El crecimiento de las hectáreas enfocadas al campo no se ha dado en la misma magnitud para el resto de los cultivos. En 1980, Michoacán dedicaba 968 mil 553 hectáreas a la producción agroalimentaria, en 2017 el SIAP reportó un millón 153 mil 141. Esto significa que al principio de la década de los 80 el aguacate aglutinaba apenas el 3.2 por ciento de la superficie cultivable en la entidad, cuando actualmente ya alcanza el 14 por ciento. ¿Quieres saber más de este tema? Las páginas de tu periódico La Voz de Michoacán también te informarán.