Astrid Herrera / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Es común que hoy en día cuando acudes al cajero automático a sacar dinero o simplemente checar tus movimientos o saldo, éste te ofrezca un crédito de nómina –si es que eres trabajador- de forma automática. En mucho de los casos, puedes aceptar este crédito por decisión propia pero en otros por error, ya sea porque le apretaste a un botón que no era o que, por las prisas, no te hayas dado cuenta. Como sea, si aceptaste un crédito o no, el chiste es que éstos no te especifican en absoluto todo el contrato y por tanto, sólo te dan un papel que generaliza la información del mismo tras haberte dado el efectivo, pero en ningún momento te explica cuánto deberás de pagar, cada cuándo, a qué tasa y qué plazo (6,12, 24, 48 o 60 meses). Derivado de esta falta de información, el tarjetahabiente muchas veces se mete en un problema porque está prácticamente contratando un crédito a “ciegas”, como el caso de Cecilia Amezcua, una trabajadora moreliana que, ante sus necesidades personales, se le hizo fácil decirle ‘sí’ al cajero luego de que éste le informara que tenía una línea de crédito por 18 mil pesos que podía disponer en el momento que quisiera. Cecilia oprimió el botón ‘sí’ pero por una cantidad de 5 mil pesos (que era lo que ocupaba) pero sin saber en cuánto tiempo iba a pagarlo hasta que comenzó a ver en sus recibos de nómina que se le descontaban 50 pesos a la semana. Al percatarse de esta situación, acudió a su banco a preguntar sobre ello y efectivamente, la institución le comentó que tenía ese crédito autorizado a un plazo de 4 años, es decir, 48 meses. Si hacemos las cuentas, Cecilia paga 50 pesos a la semana, es decir 200 pesos al mes, 2 mil 400 pesos en un año y 9 mil 600 pesos al final de los cuatro años. Con ello estaría pagando por un largo tiempo 4 mil 600 pesos tan sólo de intereses, es decir, casi el doble de la deuda. Derivado de ello, el subdelegado de la Comisión Nacional para la Defensa y Protección de Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), Roberto Martínez aconseja en primer lugar a los trabajadores que se les ofrece este tipo de crédito verificar si realmente lo necesita, “recuerda que si no tienes clara tu capacidad de pago puedes comprometer tus finanzas futuras”, señala. En segundo lugar, el funcionario aconseja leer bien lo que el cajero está poniendo en la pantalla. “Lamentablemente somos un país que no nos gusta leer así que se nos hace fácil decir a todo que sí, cuando podemos estarnos metiendo en problemas, así que hay que leer todo para después no arrepentirnos de lo que hacemos”, llama. En tercer lugar pide abstenerse de obtener este tipo de créditos que pueden llegar a ser muy costosos al final. “No hay nada mejor que si se tiene la necesidad de un financiamiento se acuda al banco directamente en donde un asesor financiero le va a poder explicar con ‘peras y manzanas’ toda las información que requiera saber como la tasa de interés que se le va a aplicar, los plazos, el monto al que puede acceder, el Costo Anual Total (CAT), las comisiones y el costo de los seguros, para que elija el crédito que se adapte mejor a tus necesidades y a su capacidad de pago”, reflexiona. Para más información consulte la edición del 25 de septiembre