Maricruz Rios/La Voz de Michoacán Ciudad de México. Las comisiones bancarias son un gran negocio para las instituciones que operan en México, pues se estima que el 30 por ciento de sus ingresos provienen de este concepto, y que en el 2017 ascendieron a poco más de 108 mil millones de pesos, de acuerdo con datos de la Condusef. Sin embargo, muchos de estos pagos se podrían evitar si las personas eligieran bien su producto o servicio financiero o lo utilizara correctamente. De acuerdo con la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera, el 71 por ciento de los adultos no compara los productos financieros al momento de contratarlos (comisiones, tasas de interés, anualidades), el 27 por ciento no sabe si le cobran comisiones por su crédito de nómina, el 19 por ciento no sabe si le cobran la anualidad de su plástico crediticio y por último, el 38 por ciento no conoce las comisiones que le cobran en su cuenta de depósito. ¿Pero qué son las comisiones? Las comisiones se tratan de cobros distintos a las tasas de interés, que efectúa la banca, y que tiene como finalidad cubrir los costos directos, así como los gastos administrativos de los productos financieros otorgados. Es decir, los clientes pagan comisiones por conceptos como pago tardío de su tarjeta o crédito, disposición de efectivo en cajero de una tarjeta de crédito, retiro de dinero en un cajero ajeno a su red, inactividad de su cuenta, impresión de estados de cuenta, de los cuales, generalmente los usuarios no conocen el concepto ni el monto del cobro.