Notimex / La Voz de Michoacán Oshawa. General Motors despedirá a 14.700 trabajadores fabriles y administrativos en América del Norte y estudiará el cierre de cinco plantas en un proceso de reestructuración para reducir costos y concentrarse más en los vehículos electrónicos y autónomos. La reducción incluye 8.100 administrativos, algunos de los cuales aceptarán el retiro voluntario indemnizado mientras que otros serán despedidos. La mayoría de las plantas afectadas fabrican autos que no serán vendidos en Estados Unidos a partir del año próximo. Podrían cerrar o bien fabricar otros vehículos. Esto será parte de las negociaciones con el sindicato automotor UAW el año próximo. La planta, ubicada a 62 kilómetros al este de Toronto, emplea a 300 trabajadores de base y a dos mil 500 por horas y está enfocada en la producción de vehículos tradicionales. Ensambla actualmente los modelos Chevrolet Impala, Buick Regal, Cadillac XTS y Chevrolet Equinox. También finaliza los camiones Chevrolet Silverado y GMC Sierra. La ensambladora de Oshawa había estado a punto de cerrar en 2016 luego de que GM anunciara que invertiría 400 millones de dólares para actualizar una línea de ensamblaje. El sindicato automotriz Unifor dijo en ese entonces que la inversión disipó el temor de que la planta cerraría en 2019. GM ya había adelantado en su reporte de otoño su interés en enfocar su inversión en vehículos eléctricos y se espera que introduzca dos nuevos modelos en los próximos 18 meses. Concretamente, GM planea lanzar 20 nuevos vehículos eléctricos para el año 2023, aunque no se sabe cuándo planea cubrir toda su flotilla con carros eléctricos. Tanto el primer ministro Justin Trudeau como el gobernador de Ontario, Doug Ford, fueron informados anoche del cierre de la planta, antes del anuncio oficial de este lunes. Fuentes gubernamentales dijeron que examinarán el impacto del cierre de la planta y las medidas a tomar para ayudar a los trabajadores automotrices afectados. El sindicato Unifor, que agrupa a miles de trabajadores automotrices informó que la planta está programada para quedar inactiva antes de diciembre de 2019. Tan pronto comenzó a circular desde anoche la versión de que la planta cerraría después de 65 años de operaciones, los representantes de los sectores políticos, económicos y sociales comenzaron a reaccionar al respecto, considerando el impacto muy negativo para las familias canadienses y la economía.