¿Por qué no baja de precio la gasolina, sino todo lo contrario? Te explicamos

La Voz de Michoacán. Las últimas noticias, hoy.

Foto: Ricardo Sánchez.

Maricruz Rios / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Aunque el precio promedio de la gasolina en Morelia se mantiene en 20.64 pesos por litro para la Magna, que es la que más ha incrementado de precio en los últimos tres meses, son nueve ya las estaciones de la ciudad que ofertan el litro de este combustible por encima de los 21 pesos, además de que una treintena más ronda de 20.80 a 20.99 por litro. Sólo tres puntos ofrecen gasolina regular por debajo de los 20 pesos por litro.

PUBLICIDAD

Estos precios han significado un incremento que ronda el 7 por ciento, lo cual contraviene la promesa del presidente Andrés Manuel López Obrador, de que el precio de la gasolina no subiría más allá de la inflación natural. Durante los primeros meses del año la inflación no rebasa el 0.5 por ciento en la capital Morelia, lo que quiere decir que el combustible ha crecido 14 veces más en su costo de lo que la Federación aseguró que lo haría.

¿Pero por qué ninguna de las aparentes maniobras del Gobierno de la República ha resultado para aminorar el precio, sino que, al contrario, ha subido? Factores como la dificultad para conseguir el combustible, los costos de producción, el precio del dólar y el IEPS son parte de la ecuación.

El combustible en México

El panorama de los combustibles en México es muy complejo, más complejo de lo anticipado por el presidente y su gabinete a razón de los resultados en la materia. Y es que mientras López Obrador inició una muy necesaria lucha contra la corrupción, desfalco y robo de combustible, esta decisión vino acompañada de una pobre si no que es nula planeación y otra serie de planteamientos paralelos que mermaron la producción de combustibles al mismo tiempo que cerraba lo ductos para rastrear el huachicoleo.

PUBLICIDAD

Producto de esta decisión y como es normal en un libre mercado, mientras más difícil y más caro se vuelve conseguir un insumo, más caro resulta el bien al momento de venderlo. Este este caso, la distribución por medio pipas y la incertidumbre ante un nuevo desabasto o escasez elevó casi de manera automática un peso en la gasolina magna, la más consumida y solicitada.

El impuesto

Sin embargo, el gran problema sigue siendo el llamado IEPS, o el Impuesto Especial Sobre la Producción y Servicios, que le agrega por sí mismo más de 4 pesos al valor de la gasolina. Este impuesto es indirecto, es decir, no lo paga el contribuyente, sino que se carga directamente al valor del producto, y tomó fuerza en el pasado sexenio, pues además de dirigirse a bebidas energetizantes, tabaco y juegos de azar con el objetivo de inhibirlos y generar ganancias para Hacienda en el proceso, también se aplicó para las gasolinas como mera medida recaudatoria.

Mientras el IEPS tenía un porcentaje fijo para prácticamente todo, por ejemplo, del 21 por ciento para bebidas alcohólicas, en el caso de las gasolinas se ajustaba mensualmente, con valores que rondaban entre los 4 y los 5 pesos por litro de Magna, Premium o Diésel.

La estrategia del gobierno federal ha sido entonces errónea, de acuerdo a especialistas de El Financiero-Bloomberg y El Economista, pues mientras López Obrador ha asegurado que la Reforma Energética es el gran problema que ha encarecido los combustibles, se trata de la Reforma Hacendaria, la que estableció los importes en el IEPS, la que ha impactado realmente su precio. Mientras la Federación insiste en revertir ciertos planes de la Reforma Energética y apostar a abrir más refinerías para, supuestamente, abaratar los costos, no ha tocado los impuestos. A ciencia cierta, producir más gasolina no abarataría su costo, sólo habría más disposición de la misma, pero poner las esperanzas en un proyecto de este tipo es engañoso, tomando en cuenta que las refinerías actuales bajaron considerablemente su producción.

Al contrario, mientras Morena prometió abatir el IEPS en gasolinas e incluso presentó una iniciativa en 2018 para reducir entre un 40 y un 60 por ciento su monto en combustibles, tras llegar al poder, la nueva Secretaría de Energía no sólo desmontó el plan al considerar que el recurso recaudado era insustituible, sino que le quitó un subsidio que aplicaba Hacienda para amortiguar el IEPS a los consumidores. Recientemente el gobierno de la República decidió restituir esta medida subsidiaria, aunque en una cantidad tan mínima que no impacta siquiera un centavo en el precio del combustible.

Para algunos economistas, y como clásica película de ciencia ficción, en cuestión de precios de las gasolinas el gobierno lopezobradorista se ha convertido en todo aquello que juró combatir.