Con 1 millón de toneladas en el año, cae 17% la producción de maíz en Michoacán

Entre otros factores que han jugado en contra, el dirigente de la UNTA nombró el cambio climático, ante un año seco que impactó el 70 por ciento de los terrenos destinados a la producción.

Foto: Pixabay

Maricruz Rios / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Michoacán se encuentra entre las entidades que han presentado una caída en la producción de maíz durante el presente año. Las cosechas estatales se vinieron abajo en 17 por ciento, de acuerdo con el avance parcial del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

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Esta semana la Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) advirtió que se cierra un pésimo año en la cosecha de grano, la cual ido disminuyendo en medio de un “cambio silencio” del maíz por frutos de alto valor comercial, así como por el abandono institucional.

En lo estatal, al corte de noviembre Michoacán acumula un millón 102 mil 197 toneladas de maíz en grano del año agrícola 2023; a estas alturas en 2022 se contabilizaban un millón 330 mil toneladas, según los datos del SIAP.

A pesar de esta caída, se mantiene la entidad en segundo lugar a nivel nacional, únicamente por detrás de Sinaloa, el llamado “granero de México”, que rebasa los 6.58 millones de toneladas.

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En Michoacán todos los municipios tienen terrenos dedicado al maíz. En el más reciente ciclo agrícola se han destinado 492 mil 879 hectáreas; el rendimiento medio es de 4.40 toneladas por cada una. Maravatío es el municipio que más aporta, con poco más de 75 mil toneladas; seguido de Epitacio Huerta, que suma 48 mil toneladas, y Contepec, que registra 47 mil.

Reconversión y falta de apoyo

Como se mencionó, la caída en la producción de maíz no es un tema propio de Michoacán, sino que ha afectado la mayoría de regiones del país. Álvaro López Ríos, secretario general de la UNTA, alertó que en 2023 se vino abajo tanto la producción en regiones de temporal como de riego, lo que ha afectado en buena medida a los campesinos que se dedican al grano y en particular al maíz; “el campo ha sido duramente impactado por diferentes fenómenos, pero el más grave es la ausencia de protección y de programas que contribuyan”.

Ponderó que ante esta tendencia México se enfila en la ruta de ser el máximo importador de maíz, incluso por encima de China, amén del déficit alimentario que esto representa y la merma en las ganancias para las familias productoras; “esto no sólo se prueba porque la producción nacional ha ido disminuyendo, sino porque crecido las importaciones de granos como el maíz, frijol, trigo y sorgo en casi 40 por ciento en este año”, manifestó.

Dio a conocer que la estimación de la UNTA es que las importaciones en este sector alcancen un valor comercial de 40 mil millones de dólares, en tanto que la producción local se desplomó en un 40 por ciento, denunciando que “existe un proceso silencioso de reconversión de siembra” de granos a frutos de alto valor, como las berries, que dejan grandes dividendos en el mercado de exportación.

El dirigente campesino refirió que el balance anual “no es muy bueno”, debido a que existe un gran desaliento en el campo ante los recortes que hizo el gobierno federal en diversos esquemas de apoyo, lo que ha impactado en especial a las entidades productoras como Sinaloa, Chihuahua, Jalisco y Michoacán.

“Hay un reclamo por la eliminación de todo lo que había de apoyos, que por cierto no fueron concesiones de nadie, fueron conquistas del movimiento campesino organizado en el marco del Acuerdo Nacional para el Campo en 2002”, insistió Álvaro López.

Criticó que hoy más que nunca se ha perdido la soberanía alimentaria, pese a que fue una bandera de campaña del presidente Andrés Manuel López Obrador; “seguramente esto es producto de la falta de atención al campo por parte del actual gobierno, que creyó conveniente quitar una cantidad importante de programas que había de apoyo, de subsidio a la producción para abonarle a la autosuficiencia”.

Entre otros factores que han jugado en contra, el dirigente de la UNTA nombró el cambio climático, ante un año seco que impactó el 70 por ciento de los terrenos destinados a la producción, además del encarecimiento de insumos como fertilizantes.

“Yo espero que el próximo gobierno tome medidas, restituya programas o cree nuevos programas que nos permitan que un sector castigado y sacrificado como el campo se pueda recuperar en su producción y en su economía”, concluyó.