José Luis Ceja / La Voz de Michoacán Jiquilpan, Michoacán. Ante los cambios climáticos y el deterioro de la tierra, el agro de la Ciénega enfrenta una serie de inconvenientes para mantener la productividad de granos principalmente de maíz destacó Álvaro García Oregel integrante de la organización local de productores. Destacó que uno de los dos grandes problemas por los que atraviesa la agricultura de esta región es el climático y el otro es el tema económico “Hace 20 años hablábamos de ‘los aguaceros de mayo’ porque las lluvias empezaban en mayo y terminaban con ‘el cordonazo de San Francisco’ el cuatro de octubre, esto es, las lluvias eran de mayo a octubre ahora las lluvias son del 24 de junio al último de agosto”. De esta forma, dijo, con el correr de los años los temporales de lluvia se han reducido lo que ha llevado a que los productores hayan solicitado a las compañías proveedoras de semillas de maíz, nacionales e internacionales, la producción de semilla híbrida de ciclos cortos, ya que con los que se trabajan tienen un periodo de producción de seis meses o 180 días “Estamos pidiendo que nos produzcan híbridos con los que podamos tener cosechas a los 160 días”. Actualmente, dijo, la producción va de las 12 a las 16 toneladas por hectárea de cultivo merced al aumento en las dosis de nitrógeno a los suelos además de riegos adicionales; a esto se suma el incremento en la temperatura en un grado “es algo que muchas veces lo tomamos a la ligera pero que sí tiene mucha importancia”. En lo que hace al factor económico destacó que el año pasado se requería una inversión promedio de 20 mil pesos por hectárea para la producción de maíz, inversión que, en este año fue de 45 mil pesos por hectárea “Tenemos un problema económico fuertísimo y los bancos no nos prestan para poder financiar este incremento tan grande del 200 por ciento”. Es en ese sentido y ante el encarecimiento de los fertilizantes tradicionales que los productores han comenzado también la búsqueda de alternativas para la nutrición de los suelos y sustituir de manera paulatina el consumo de agroquímicos. El maíz en el contexto general Datos de la Segalmex arrojan que para el ciclo agrícola anterior Michoacán logró récord de producción por encima de la media nacional con 1 millón 800 mil toneladas de maíz con precio de garantía de 6 mil pesos por tonelada comercializada en tanto que a nivel nacional la producción de maíces fue de estimada en los 28 millones 427 mil 436 toneladas. Respecto al año anterior y derivado del conflicto Rusia-Ucrania, el precio de granos como el maíz se incrementó hasta en un 28 por ciento de acuerdo a datos de consultoras internacionales, ello derivado de que estos dos países son considerados como grandes productores del orden mundial de este grano; de hecho en febrero de este año la tonelada de maíz se comercializaba en México en el promedio de los 7, 600 pesos para pasar, en marzo siguiente a los 8,200 pesos; al carecer de proveedores de maíz derivado de este conflicto fue Estados Unidos quien asumió el rol de proveedor lo que generó un mayor aumento en el precio lo que afectó la economía local debido a que México es el segundo mayor importador de maíz a nivel global. La producción local Pese a la posibilidad de obtener mejores precios por su producción debido al conflicto en Europa del Este, para los productores locales el fenómeno social impactará solamente en el sentido negativo ya que las casas comercializadoras de insumos han comenzado a dejar de vender inventarios o a encarecer los productos con este pretexto; a más de lo anterior, Reynaldo Pantoja, ex líder de la comunidad agraria de San Martín Totolán, señaló que las posibilidades de comercialización de los productores de la Ciénega se centran en los municipios de Jiquilpan, Sahuayo y Venustiano Carranza donde se encuentran los principales compradores de grano quienes fijan las condiciones de compra y venta, ello debido a que los productores organizados en ejidos carecen de las capacidades organizativas que les permitan la creación de infraestructura para el almacenado de sus granos. En ese contexto, aseguró el productor indígena, no importa si el volumen de la producción incrementa o no puesto que el gran problema es el respeto al precio de garantía que es también usado como medida de costo al momento en que el productor decide pignorar su cosecha, esto es, el productor solicita al comprador dinero para invertir durante el tiempo de la siembra y pagará al momento de la cosecha, esto es, en ese sentido poco importa ya si en ese lapso se dan variaciones en el precio de garantí ya que si éste cae, el agricultor deberá pagar su adeudo y si se incrementa, en esa medida se incrementará el monto a pagar ya que en ocasiones la pignoración no se pacta en términos de dinero sino en toneladas de producto.