Roberto Huitrón / La Voz de Michoacán Los Reyes, Michoacán. Luego de los acuerdos entre el gobierno norteamericano y el mexicano para reiniciar el programa de exportación de aguacate mexicano a Estados Unidos después de 7 días de suspensión, esto debido a presuntas amenazas a un inspector del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, (USDA, por sus siglas en inglés), como lo informó este medio, entre los productores y algunos empacadores existen sentimientos encontrados respecto a los acuerdos alcanzados entre ambos gobiernos. En primer lugar, la noticia fue bien recibida pues se estaban dejando de exportar al mercado norteamericano un aproximado 3 mil 183 toneladas de aguacate michoacano por día; sin embargo, piensan que el problema no ha sido atendido de fondo ya que, desde su punto de vista, sólo se está atendiendo las consecuencias. En este sentido, para el representante no gubernamental del Sistema Producto Aguacate del Distrito de Uruapan, Javier Mora, el comunicado de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) donde se informa del reinicio de las exportaciones de aguacate mexicano, se afirma que el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) llevará “a cabo las averiguaciones, las acciones necesarias para actuar conforme a derecho en caso de que se haya incumplido el Plan de Trabajo para la exportación de aguacate hass de México a los Estados Unidos”. Para Javier Mora “es inadmisible que en dicho comunicado se reconozca que, sin haber tenido la certeza de incumplimiento de dicho plan, la USDA haya suspendido por 7 días la exportación. Agrega que, por lo anterior, un gran número de integrantes de la cadena productiva del Sistema Producto Aguacate le han manifestado que se exija a las instancias de sanidad vegetal mexicanas que den a conocer detalladamente los resultados de las “averiguaciones”, además de informar cuáles serán las acciones, medidas y sanciones concretas que se tomarán al respecto y que estas sean las publicadas. “Lo que queremos es que se vaya a fondo del problema, que es evitar el pirataje de aguacate no certificado, negocio multimillonario, pues se compra aguacate de otras entidades no certificadas para exportar hasta por la cuarta parte o menos del precio del aguacate certificado, haciéndolo pasar como tal a través del reetiquetado, y esto lo sabe tanto la USDA como las instancias fitosanitarias de nuestro país, así como APEAM (Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México), sin haber hecho a la fecha gran cosa al respecto, y ahora resulta que Senasica va a ver si acaso hay incumplimiento al Plan de Trabajo para la exportación de aguacate”. Exigió que se apliquen las sanciones y medidas sin sesgos, pues en 2016, siendo delegado ante APEAM, fue expulsado de este organismo junto con otros 6 delegados más “por poner en riesgo la industria del aguacate”. Agregó que “se nos notificó que la expulsión obedecía al solo hecho de formar parte de la toma de las oficinas de APEAM, además de los paros de corte del fruto, acciones que fueron demandadas por sus representados ante las exigencias de la gran mayoría de los empacadores de tratar de imponernos varias certificaciones, principalmente la de Global GAP., como requisito para poder exportar, lo que implicaba elevar los costos de producción, cuando se nos estaba pagando el aguacate de exportación entre 10 a 13 pesos por kilogramo”. El representante no gubernamental explicó que, a pesar de las represalias sufridas, el movimiento tuvo éxito, “pues se paró lo de las certificaciones ya que se demostró que no era una exigencia de nadie más que de los empacadoras, y el precio del aguacate de exportación remontó hasta 60 pesos por kilogramo, pues también se evidenció que la baja del aguacate era artificial”. Javier Mora recordó que tales hechos, en su momento, fueron informados por este medio. En tanto que para el productor de Tancítaro, Miguel Mora, era de esperar que la suspensión temporal de exportación de aguacate a Estados Unidos no sería larga, “ya que los que más estaban perdiendo eran las comercializadoras, brókeres y cadenas de centros comerciales norteamericanas, quienes se quedan con el 70 al 80 por ciento del valor generado por el aguacate mexicano, siendo que el productor mexicano sólo recibe entre el 20 y el 30 por ciento del valor de la producción. Ambas fuentes coincidieron en la exigencia de ir al fondo del problema, que es “el pirataje de aguacate no certificado para exportación a Estados Unidos, haciéndolo pasar como michoacano y certificado, ya que de no hacerlo podría darse una catástrofe fitosanitaria, que pondría en riesgo a una de las más importante y exitosa agroindustria mexicana, la del aguacate”, concluyeron.