Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Michoacán cerró los primeros nueve meses de 2022 con un crecimiento del 2.26 por ciento en su actividad económica. El más reciente informe del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) apunta que, si bien hubo un descenso en el sector primario, en términos generales el estado presenta cifras positivas en su balance. En medio del complejo contexto de altas tasas de inflación e interés, Michoacán no ha desacelerado su productividad y, de acuerdo con los resultados del Informe Trimestral de Actividad Económica Estatal (ITAEE) del INEGI, se mantiene dentro de los parámetros pronosticados por especialistas, que anticipaban que la entidad concluiría el 2022 justamente con una tasa del 2.6 por ciento. No obstante, el INEGI resalta que en lo que corresponde al tercer trimestre (entre julio y septiembre), Michoacán reportó apenas un incremento del 1.2 por ciento, entre los seis más bajos del país. En el primer y segundo trimestre, el estado registró incrementos del 2.5 y 4.1 por ciento respectivamente. En lo que se refiere al acumulado de los primeros nueve meses del año, las actividades económicas primarias (entre ellas la agricultura) reportan una caída del (-)1.3 por ciento; en cambio, el sector secundario, que incluye la industria y manufactura, registra un aumento del 4.0 por ciento, y el terciario (servicios y comercio), del 3.1 por ciento. Al respecto, es de recordar que el Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM) pronosticó que para el cierre de 2022 Michoacán crecería alrededor de 2.6 por ciento en su Producto Interno Bruto Estatal (PIBE), pese al panorama mundial complejo de crisis. En este sentido considera que ha habido señales positivas desde el relevo de gobierno estatal, ahora encabezado por Alfredo Ramírez Bedolla, con miras a mejorar la recaudación y detonar la inversión mediante la atracción de empresas. Mantendrá tendencia positiva En su análisis, Heliodoro Gil Corona, coordinador de Proyectos Estratégicos del CEEM, reconoció que en los últimos sexenios la economía de Michoacán había entrado en una etapa de precario crecimiento como consecuencia de factores como el debilitamiento de la estructura económica, el atrasado sector industrial, la escasa vinculación a la economía mundial, la polarización económica de las regiones y a la crisis de las finanzas públicas. “Todo esto con altos costos para la operatividad gubernamental y la disponibilidad de recursos para llevar a cabo inversión productiva”. Sin embargo, la situación ha mejorado en los últimos meses y Michoacán ha podido resistir los fuertes embates de la crisis financiera que atraviesa medio planeta: “poco a poco la economía estatal se viene recuperando después de la crisis económica de 2020, con la contingencia sanitaria por la pandemia de la COVID-19”. Detalló que “en 2022 se estima que el PIBE cerrará con un crecimiento de 2.6 por ciento y para 2023 se prevé un aumento del PIBE real de 2.2 por ciento. Conforme al propio análisis del CEEM, el 2024 podría tener para la entidad un repunte muy importante gracias al modelo de nearshoring, que se prevé detone de manera importante la economía en México con la instalación de decenas de plantas industriales y de producción a lo largo del territorio nacional. Las autoridades locales buscan que Morelia y, sobre todo, el puerto de Lázaro Cárdenas se conviertan en nuevos polos de desarrollo bajo esta figura de proteccionismo regional. Gil corona también valoró que “actualmente el empleo formal se recobra muy lentamente en el estado, si bien no se lograron las diez mil plazas formales al cerrar el año, con una pérdida estacionaria de puestos en diciembre”. “El pronóstico de empleo en Michoacán en 2023 se estima un volumen de empleo formal de cerca de 11 mil plazas de trabajo, un 7.0 por ciento más a los reportados en 2022”, adelantó el también investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSN). Los factores clave que incidirán en el crecimiento de 2.2 por ciento pronosticado para 2023, refiere, serán el aumento de la demanda externa de productos michoacanos, las remesas familiares y el esfuerzo de inversión pública multianual en proyectos estratégicos en materia de infraestructura económica y social en la entidad.