José Luis Ceja / Colaborador La Voz de Michoacán Jiquilpan, Michoacán.- Hasta en un 40 por ciento respecto a meses anteriores se incrementó la recepción de remesas procedentes de los Estados Unidos por lo que la cifra estimada será de 28 millones de pesos al último día de este año, esto de acuerdo a un sondeo realizado entre casas de cambio de esta ciudad, cuyos propietarios destacaron que de ordinario, la cifra estimada de remesas es de 20 millones de pesos mensuales en esta ciudad. Hasta agosto de este año y de acuerdo con datos proporcionados por la Dirección Municipal de Atención al Migrante, había al menos 35 mil jiquilpenses radicados en diversas ciudades de los Estados Unidos cuya aportación a la economía local duplicaba la derrama económica de los programas de apoyo federal ya que, señalaron, la derrama de los apoyos federales a través de las diferentes becas era de 20 millones de pesos bimestrales, en tanto que la inyección a la economía local representaba 20 millones de pesos mensuales lo que colocaba al sector migrante como el principal motor económico sobre el resto de las actividades económico-productivas en este municipio. Pese al incremento en el monto de remesas a Michoacán, esto no significa una mejora en la calidad de vida ya que gran parte de estos recursos se utilizan para gasto corriente de las economías familiares de acuerdo con lo señalado en su oportunidad por Alejandro Eulloqui, Secretario de Organización del Instituto Reyes Heroles; pese a ello, hace unas semanas el Gobernador Alfredo Ramírez adelantó que la entidad podría romper por segundo año consecutivo el récord de remesas con hasta 4 mill 800 millones de dólares al cierre de este año, esto es, 800 millones de dólares más que al cierre del año 2020. El impacto local de las remesas De acuerdo a propietarios de casas de cambio y empresas dedicadas al giro de las remesas quienes por cuestiones de seguridad pidieron omisión de sus datos, las grandes beneficiadas son las familias de comunidades de este municipio que son las que mayor grado de migración representan, estas estimaciones se ven reforzadas por las declaraciones dadas por el académico Víctor Zepeda Torres, exencargado del orden de la localidad de La Lagunita quien asegura que, en el caso específico de esta localidad, por cada habitante que se mantiene en el terruño hay al menos tres que se ubican en suelo norteamericano. En lo que hace al monto promedio de cambio de dólares las cifras varían entre los 700 mil y el millón y medio de pesos por día; ello, dijeron, sin considerar que ante la reactivación de la llegada de migrantes se incrementa el flujo de dólares en este municipio ya que, establecen, una cosa es el envío y recepción de dólares y otra es el cambio de dólares en billetes que realizan los migrantes que llegan a este municipio con las festividades decembrinas. En ese sentido, Alejandro Olloqui del Instituto Reyes Heroles señaló que este recurso no debe verse como un pilar obligado de la economía estatal sino como un soporte ya que lo ideal es generar los mecanismos socio-económicos que permitan que la base económica de la entidad no dependa del ingreso de remesas, sobre este concepto, los propietarios de las casas de cambio consultados si bien coincidieron en que es necesaria la generación de mecanismos económicos que no dependan de las remesas para mejorar la calidad de vida de los locales, de momento eso resulta imposible ya que, por ejemplo en este municipio, este mes se dio el cierre del molino de trigo de harina que brindaba trabajo a cerca de 160 jefes de familia por lo que al menos durante el primer semestre del año próximo el flujo económico de las remesas podría resultar fundamental para la economía local. Sin proyectos específicos Pese a que se ha planteado la posibilidad de que el recurso que aportan los migrantes a la economía familiar pudiera ser también un generador de micro empresas lo cierto es que ante la carencia de políticas públicas que puedan generar proyectos conjuntos de inversión entre migrantes, clubes de migrantes, autoridades y beneficiarios de remesas esto no ha sido posible; de hecho ante la carencia de recursos y un colapso organizativo clubes como Jiquilpan USA, organización migrante que coadyuvaba para el desarrollo de proyectos de infraestructura en comunidades y colonias sufrió una atomización y sus miembros fundaron otras organizaciones dedicadas más a la labor social que a la gestión y apoyo a infraestructura o generación de micro negocios.