Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Un “rebotito” de apenas 2.5 por ciento en la actividad económica estatal espera el Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM) al cierre de 2021, insuficiente para la caída del Producto Interno Bruto Estatal (PIBE) presentada un año antes y muy por debajo de la media nacional. En postura de Jorge Leonardo Bárcenas, nuevo presidente del CEEM, quien asumió este mismo jueves el nombramiento como parte de la renovación del organismo, el reto del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla será crecer por encima del 3 por ciento anual durante su mandato para compensar el tema económico. El especialista refirió que durante los años 70 se tuvo en México el llamado “milagro económico”, en que se reportaron tasas anuales de crecimiento que rondaron el 6.6 por ciento. Sin embargo, en la actualidad la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) tiene una expectativa de un crecimiento nacional del PIB en 5.9 por ciento en 2021 y un 3.3 por ciento para el presente año, tras una caída de 8.5 por ciento durante el 2020, el año inicial de la contingencia sanitaria. Para 2023 el crecimiento en México sería del 2.5 por ciento, “esto evidentemente si los efectos de la pandemia no se recrudecen”, advirtió. Las exportaciones hacia Estados Unidos, la mejora del mercado laboral y la vacunación contra la COVID-19 serán las claves, indicó Jorge Leonardo Bárcena, citando también los análisis de la OCDE. Este escenario finalmente recalará en Michoacán, que tiene además sus propios elementos, como una economía centrada en las actividades agrícolas y de servicios, por encimad de las manufacturas. “En el estado se observa una tendencia hacia el decrecimiento económico desde 2016”, expuso, que de un 4.2 por ciento en aquel año para 2019 se cayó a (-)0.1 por ciento, “y en 2020, por efecto de la pandemia de COVID-19 un decrecimiento del (-)6.7 por ciento”. El analista del CEEM refirió que ante esta tendencia “se espera un rebote moderado en el crecimiento de la actividad económica por el orden del 2.5 por ciento. Manifestó que “si los efectos de la COVID-19 no se recrudecen, habría que esperar un crecimiento por alrededor del 3 por ciento para el 2022”. “El reto del crecimiento económico durante la gestión de Alfredo Ramírez Bedolla será crecer del 3 al 4 por ciento, requiriendo, por supuesto, inversión pública para buscar la complementariedad en inversión federal, privada y las propias remesas”, dijo el presidente del CEEM. “En un contexto de alta inflación y donde el curso de la pandemia aún es incierto, será fundamental la recuperación del empleo y el rompimiento de la tendencia negativa en su generación, en donde se requerirá el concurso de la capacidad estatal, federal y privada en un ambiente donde prive el Estado de Derecho”, sentenció. Agregó que se deben redireccionar a los ámbitos productivos los recursos provenientes de las remesas porque, “si bien es cierto que las divisas cumplen objetivos de consumo que dinamizan las economías locales del estado, su vinculación al ámbito productivo no sólo impactaría al consumo, sino a la inversión”, concluyó. Por su parte, el coordinador de Proyectos Estratégicos, Heliodoro Gil Corona, refirió que el comportamiento presentado en los últimos trimestres da muestra del profundo estancamiento de la actividad económica en la entidad. De acuerdo con el CEEM, sólo en el segundo trimestre del 2021 hubo un rebote importante en la economía, y de ahí en adelante la cifra se ha ido desacelerando, producto de diversos factores, como una magra inversión fija bruta, pobre generación de empleo, conflictos políticos, mermado mercado interno, entre otros. De acuerdo los indicadores oportunos del INEGI, “parece ser que en el cuarto trimestre del año pasado la tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto puede ser negativa”, advirtió el también investigador nicolaita, quien calificó como un “rebotito”, el aumento en la actividad económica en Michoacán, muy por debajo de lo esperado y de lo requerido ante la crisis que persiste.