Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Ni el proceso electoral ni las presiones de los mercados extranjeros deberían impactar mayormente en la economía mexicana a mediano plazo. Por las evidencias expuestas y la inercia que traen los indicadores básicos en 2023, Heliodoro Gil Corona, coordinador de Proyectos Estratégicos del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM), consideró que no hay impedimento para que la economía alcance un crecimiento cercano a 3.0 por ciento en 2024. “México se encuentra en condiciones para pasar del ‘mexican moment’ al ‘mexican era’, con base en el nearshoring o relocalización industrial”, ponderó en un análisis donde también adelantó que los procesos de desinflación y reajuste de la tasa de interés tampoco deberían afectar a una economía que se ha mantenida sólida tras la crisis por la pandemia de la COVID-19. De hecho, Gil Corona vislumbra un panorama positivo en los mercados internacionales, claro, a menos que se atraviese un nuevo imponderable como en su momento lo fue la invasión armada de Rusia a Ucrania o el conflicto entre Israel y Hamás en la zona de Gaza. El también profesor-investigador de la Faculta de Economía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) manifestó que las proyecciones realizadas en el mes de enero permiten contar con elementos para el primer esbozo sobre el comportamiento de la economía mundial, las regiones y en particular para la economía mexicana. “Aun cuando hay claros contrastes en el desempeño económico de los países avanzados, emergentes y en desarrollo durante 2023, todo indica que la economía mundial no padecerá contratiempos en 2024”, adelantó el académico nicolaita, lo cual son buenas noticias para la economía nacional. Expuso que los pronósticos de crecimiento a nivel internacional en 2024, tanto de organismos internacionales como de analistas de la iniciativa privada, revelan que se espera una economía en expansión, estable en los fundamentales y con ingresos de divisas sumamente fortalecidos, principalmente por rubros como la Inversión Extranjera Directa (IED) y el valor de las exportaciones. Destacó, por ejemplo, que “el Fondo Monetario Internacional (FMI) vislumbra para este año un aterrizaje suave de la economía global y avizora una perspectiva estable y en expansión”, e donde no prevé que la fase de desinflación de los precios y la esperada reducción de las tasas de interés de referencia sean impedimentos para el crecimiento económico en este año. Admitió Gil Corona que “para el caso de México los especialistas han sido prudentes en sus estimaciones de crecimiento económico en 2024”, sin embargo, confió en que con el pasar de los meses y se vaya consolidando la estabilidad pese a procesos como electoral en ciernes y el futuro relevo presidencial. “Seguramente a lo largo del año irán haciendo ajustes al alza”, vaticinó. Coincidió en que, para el caso mexicano y tal como valora el FMI, la economía se mantendrá estable y en expansión, incluso ante la casi inminente reducción de las tasas de interés de fondeo. El nearshoring deberá ser factor, sobre todo impulsado por estados fronterizos como Nuevo León, Coahuila y Chihuahua, así como por las entidades con fuerte infraestructura industrial como Guanajuato, Puebla y Querétaro. Insistió Gil Corona en que “la solidez mostrada de los principales indicadores el año pasado augura un crecimiento de la economía mexicana que apunta hacia el 3.0 por ciento en 2024”. En cuanto a los factores que más inciden en las finanzas familiares, como la inflación y el interés, el analista del CEEM postuló que entre rebotes y pequeños altibajos el año debe cerrar con una tasa de inflación que ronde el 4.0 por ciento, mucho menor a la de los dos años pasados, si bien todavía lejana de la tasa objetivo de 3.0 por ciento del Banxico; en cuanto a la tasa de interés, el diagnóstico es que el banco central irá reduciendo la misma de manera muy pausada y paulatina, por lo que es probable que no ceda más allá de los 10.0 puntos al cerrar el 2024.