Hace 200 años empezó el calvario: así fue como México inició el camino de la deuda externa

Con una economía casi paralizada luego de su independencia, México contrató una deuda en Inglaterra, donde por cada peso prestado se comprometía a devolver siete

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. Sin duda al escuchar “deuda externa” muchos mexicanos recordarán el desventurado paso de México con sus préstamos al exterior. ¿Cuál fue el primer país al que México le pidió dinero prestado? ¿En qué condiciones quedó el país tras el acuerdo?

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Aunque actualmente el endeudamiento de México se encuentra a niveles manejables, hubo una época en que la economía del país estaba casi paralizada y se tuvo que recurrir a un préstamo del exterior.

Todo empezó en los primeros años de México como nación independiente. Once años de lucha armada dejaron al país detenido, sin arcas en el erario, en caos y desorden a nivel administrativo.

Según el libro “Historia de la deuda exterior de México: 1823-1946”, de Jan Bazant, “México era como aquel rico que heredó muchos bienes y también muchas deudas, pero sin saber cuánto de lo uno y cuánto de lo otro”. ¿La solución? Pedir un préstamo al extranjero.

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En 1823, el entonces secretario de Relaciones Exteriores, Lucas Alamán, aseguró que pedir un préstamo sólo tendría beneficios. El primero sería aliviar las finanzas públicas y el segundo, que el mundo reconociera a México como un país independiente. ¿Y a quién le pidió dinero prestado? En ese momento, el mayor prestamista del mundo era Inglaterra.

El origen de la deuda

Lucas Alamán convenció a burgueses de Inglaterra de invertir en la industria minera de México. Inglaterra se había convertido en el mayor prestamista del mundo tras las guerras napoleónicas.

Pero las condiciones no favorecieron a México. En 1824, México concretó un préstamo equivalente a 16 millones de pesos a través del banco Goldsmith and Company. Sin embargo, sólo recibió 5.7 millones, menos de la mitad de la cantidad prestada.

El historiador Eric Toussaint, de la red internacional del Comité para la Abolición de las Deudas Ilegítimas, dice que el préstamo que México pidió tuvo condiciones "absolutamente abusivas".

"Favorecían abusivamente a la firma Goldsmith. Mientras México se endeudaba por el equivalente de 16 millones de pesos mexicanos, no recibió nada más que 5.7 millones de pesos. Y se comprometía a reembolsar, en un período de 30 años, 40 millones de pesos. Dicho de manera más simple, México recibía 1 peso y se comprometía a reembolsar 7 pesos. Ya en el momento del préstamo, Goldsmith obtuvo una enorme ganancia", escribió Toussaint.

Más adelante, en 1825, México volvió a pedir prestados 16 millones de pesos pero esta vez de Barclay and Company, y sólo recibió el equivalente a 6.5 millones de pesos después de aplicar deducciones.

El debate sigue sobre si estos préstamos fueron abusivos, pero según el investigador Jan Bazant, fueron la mejor opción que se encontró en la época.

El rendimiento de los préstamos fue tan bajo a causa del temor de una reconquista de México por España y de la falta de experiencia de México en materia de deuda exterior.