Redacción / La Voz de Michoacán La economía mexicana se ha desplomado un 17,3 por ciento durante el segundo trimestre con respecto a los datos del primer trimestre, uno de los peores datos de todas las economías de la OCDE -Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico- y resultando en una caída que no tiene precedentes en la historia reciente del país. A pesar del desplome de los indicadores económicos el peso mexicano ha sabido reponerse de la pronunciada caída que experimentó en marzo, y en estos momentos se encuentra más o menos estable, cambiándose cada dólar a poco más de veintiún pesos. Situación actual, causas y perspectivas La cifra de caída del PIB mexicano no es más que el resultado final de una serie de malos datos macroeconómicos. El lógico parón de la actividad económica que las medidas para contener la pandemia han provocado ha repercutido seriamente en la recaudación fiscal justo en el momento en el que las autoridades más necesitaban ese dinero para mantener unas prestaciones por desempleo, para aumentar los medios sanitarios, para estimular sectores económicos clave y un largo etcétera de necesidades que se le acumulan al ejecutivo de AMLO. Para el Institute of International Finance el déficit de México para el 2020 será de entre un 5 y un 6 por ciento y según los últimos datos proporcionados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, SHCP por sus siglas, el déficit en el periodo que va de enero a mayo ascendió a 148 200 millones de pesos, dato más preocupante si cabe si tenemos en cuenta que en enero, febrero y parte de marzo no nos encontrábamos en una situación de excepción, y que durante el mismo periodo de 2019 experimentamos un superávit de 32 400 millones de pesos y no había una profunda crisis financiera global en el horizonte próximo. Por el momento las medidas de estímulo previstas por la presidencia del país para tratar de paliar las consecuencias económicas de la pandemia -que si atendemos a las cifras hechas públicas por el gobierno no tiene visos de remitir pronto- serán modestas, rechazando mil millonarios rescates que sobrecarguen de deuda al país. En contra de esta postura gubernamental se sitúan los agentes empresariales, los cuales claman que las pequeñas y medianas empresas, responsables de emplear aproximadamente al setenta por ciento de los mexicanos que tienen un puesto de trabajo, se están quedando sin ingresos por culpa de los efectos de la pandemia y por ello mismo se están quedando sin opciones. Pero no todo son malas noticias, ya que al menos el peso está mostrando mayor fortaleza que otras divisas del ámbito hispanoamericano. El peso se revuelve y recupera terreno en el mercado del Forex A pesar de la debacle financiera general del país el peso nos ha dejado la agradable sorpresa de su recuperación con respecto a la moneda fíat de referencia mundial, el dólar, lo cual nos dice mucho acerca del atractivo de México para la inversión a pesar del COVID-19, ya que parece que su moneda está más reclamada en el Forex ahora que en el mes de marzo. Trading de Forex online Cada día leemos noticias de cómo la economía internacional se está moviendo en terrenos cuando menos inciertos, caóticos y volátiles, siendo además el Forex uno de los mercados más volátiles en general debido a sus características, es importante que los inversores se detengan a considerar si es el momento de operar o es mejor abstenerse debido a los elevados riesgos para las inversiones. Dicho esto, los inversores que no quieran comprar divisas para venderlas si suben o para resguardar sus ahorros, sino que quieran operar con las fluctuaciones en el tipo de cambio entre dos divisas pueden decantarse por operar en el mercado Forex realizando trading online de Forex, aunque hay que tener en cuenta que el trading no influye en que el precio de una divisa suba o baje, ya que en el trading online se especula sin comprar la propiedad de los activos, esto es que no se llegan a poseer, y, además, se abren operaciones que estarán apalancadas, en las cuales el capital que pone el trader es solo un porcentaje del total de capital operado -en general un porcentaje pequeño- actuando por tanto el apalancamiento como multiplicador de ganancias y pérdidas potenciales.