Maricruz Rios / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. Menos de la mitad de las mujeres michoacanas participa en actividades productivas. El reporte ‘Con Lupa de Género’, realizado por el Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), da a conocer que las mujeres de la entidad siguen enfrentando una serie de condiciones que limitan sus oportunidades de preparación y acceso el trabajo, por lo que sólo el 43.1 por ciento de ellas cuenta con una actividad económicamente remunerada. El informe, con datos al corte de 2021, manifiesta que el estado de Michoacán se ubica hasta la posición 24 en cuanto a participación de la mujer en el mercado laboral, si bien percibe ciertos avances en materia de equidad política de género y políticas públicas para mantener a las féminas emprendiendo o en los centros de trabajo. Foto: Cortesía. El IMCO alerta que, si bien la tendencia no es estrictamente estatal, entidades como Michoacán se ubican por debajo de la media en este aspecto, que es de 44.2. El reporte ejecutivo también advierte que, más allá de los avances existentes, estos no parecieran corresponder con el discurso que autoridades y liderazgos empresariales suelen realizar sobre la participación real de la mujer en la economía. “En México se desaprovecha el talento femenino”, ataja el reporte, que agrega que la tasa de participación económica femenina en el país también es baja en comparación con los hombres, pues mientras siete de cada 10 mexicanos en edad de trabajar participan en la economía, solo cuatro de cada 10 mexicanas lo hacen. Los roles de siempre Son varios los factores que percibe el IMCO como causas para que se dé esta situación, si bien la mayoría tiene que ver con tradicionalismos y el machismo imperante en prácticamente todas las entidades, donde los roles presuntamente asignados a las mujeres suelen coartar sus posibilidades de estudio y agobiar su ingreso al mercado laboral. Los hombres, en Michoacán y México, suelen ganar más por el mismo trabajo, tener acceso a los puestos de decisión y no cuentan con el lastre de ciertos roles, como el trabajo no remunerado en casa, ya sea con las labores propias del hogar o el cuidado de la familia y enfermos. De hecho, en este último punto el IMCO coloca a Michoacán hasta el lugar 29, al referir que las mujeres de la entidad realizan 76.3 por ciento más horas al trabajo no remunerado que los hombres. De acuerdo con las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 93 por ciento de las mujeres mayores de 12 realiza este tipo de labores, mientras que ni la mitad de los hombres asume estas obligaciones. A reducir barreras El estudio asegura que “para sumar a más mujeres a la economía es necesario reducir las barreras que ellas enfrentan. Para ello, los gobiernos estatales pueden ser catalizadores de cambio para que las féminas no solo entren a la economía remunerada, sino generen las condiciones óptimas para que más de ellas permanezcan en sus trabajos y promuevan su crecimiento profesional”. Aquí el tema de la educación también pesa, dice el IMCO. En Michoacán sólo 36.5 por ciento de las mujeres termina su educación media superior y este porcentaje cuando se toma en cuenta el nivel superior: apenas el 19 por ciento. Con un estado cuya población se compone en 54 por ciento de mujeres, la tendencia en la entidad es que más michoacanas, tarde o temprano, se incorporen al mercado laboral, pero de cualquier forma urge que desde la autoridad se facilite este tránsito. Este beneficio económico se traduce en más mujeres con autonomía económica, mayores ingresos y ahorro en los hogares, empresas más dinámicas y rentables y, por lo tanto, mayor crecimiento económico para el país”, menciona el reporte. Finalmente, subrayar que la inseguridad es otro factor a tomar en cuenta. En un estado como el nuestro, primer lugar en violencia generalizada y segundo en asesinatos de mujeres y violencia de género, el temor a ser agredidas influye mucho en las mujeres al momento de salir a trabajar. El IMCO concluye que una de cada cuatro mujeres ha dejado de usar el transporte público como medio de movilidad ante las agresiones o el temor a ser víctimas de una agresión en el mismo.
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