Prevén 'modesto' crecimiento económico en Michoacán al terminar 2021

La economía estatal en promedio anual manifestó un crecimiento de apenas de 0.5 por ciento, muy lejano de la meta establecida por la presente administración de 4 puntos porcentuales.

Foto: Twitter.

Maricruz Rios / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM) estima que la actividad económica estatal terminará en 2021 con un “modesto crecimiento” de 2.5 por ciento. Con ello, el sexenio concluiría con una tasa de crecimiento por debajo del punto porcentual.

PUBLICIDAD

A pesar los esfuerzos en materia de emprendimiento, turismo e inversiones concurrentes con el empresariado y la Federación, con estas cifras y la desaceleración que ya se vivía, la administración de Silvano Aureoles acumula el crecimiento económico más bajo desde 1980: una tasa promedio anual del Producto Interno Bruto Estatal (PIBE) de apenas 0.5 por ciento hasta 2020.

En su balance a meses de concluir el sexenio de Silvano Aureoles, Heliodoro Gil Corona, coordinador de Proyectos Estratégicos del CEEM, considera que el reto para la siguiente administración estatal será muy alto: se deben recuperar prácticamente todos los sectores, desde el primario hasta el industrial, y destrabar una tendencia negativa que se arrastra desde 2015, la cual no ha podido ser contenida pese a diversos esfuerzos y programas.

“Las distintas administraciones del gobierno estatal se han planteado en sus respectivos planes de desarrollo romper con la inercia de raquítico crecimiento económico registrado, elevando las metas en un rango entre 4 y 5 por ciento en la tasa del PIBE anual; tal objetivo, como se ha podido constatar con el tiempo, está lejos de cumplirse en las últimas cuatro décadas”, recordó el también investigador de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

PUBLICIDAD

Tomado como referencia el año de 2016, donde se registró la tasa más elevada de crecimiento económico de la administración silvanista, con 4.2 por ciento, el PIBE ha venido a la baja desde entonces: creció 3.2 por ciento en 2017, en 2018 pasó a 2.3 por ciento, luego cayó a -0.1 por ciento en 2019 y concluye en 2020 con -6.7 por ciento, acentuando la recesión en el estado.

En el recuento de los últimos cinco años, la economía estatal en promedio anual manifestó un crecimiento de apenas de 0.5 por ciento, muy lejano de la meta establecida por la presente administración de 4 puntos porcentuales.

Inercias de todo un sexenio

Destaca Gil Corona como factores el debilitamiento de los sectores de mayor participación económica, el caduco sector industrial, la escasa vinculación a la economía mundial, la polarización económica de sus regiones y, más recientemente, la crisis de las finanzas públicas, con altos costos para la operatividad gubernamental y la disponibilidad de recursos para llevar a cabo inversión productiva.

Las condiciones recientes no han cambiado, insiste el especialista, quien apunta que “la economía michoacana sigue creciendo de manera lenta, con una tendencia declinante entre 2016 y 2019, hasta cerrar con una recesión profunda en 2020 a consecuencia de la pandemia de COVID-19”.

La pandemia, dice el economista, trastocó de forma severa las condiciones económicas. Los efectos negativos se manifestaron de forma más aguda en los estados de mayor desarrollo industrial o con vocaciones turísticas, en tanto que los retrocesos fueron menos severos en entidades de incipiente desarrollo manufacturero, como el caso de Michoacán.

La caída observada fue una combinación de comportamientos de las actividades secundarias durante el año pasado. La generación en cadena de energía eléctrica, agua y gas, además de las industrias manufactureras tuvieron ligeros incrementos de 1.5 y 0.2 por ciento, respectivamente. En contraste, las actividades mineras y de la construcción sufrieron retrocesos de 2.7 y 24.7 por ciento, respectivamente. “Una señal clave de falta de inversión pública en Michoacán”, acentuó Gil Corona.

La actividad total experimenta claros retrocesos, sentenció el especialista del CEEM, quien comentó que a los problemas antes detallados habría que agregar el déficit crónico operativo de la administración estatal; la crisis financiera que padece el gobierno de Michoacán; el mediocre ahorro interno; y, la escasa capacidad para generar ahorro externo a través de las exportaciones industriales y la inversión extranjera directa.

“El recuento económico en cuanto al desempeño económico observado en la gestión de Silvano Aureoles seguirá confirmando un desempeño económico mediocre”, atajó. De acuerdo con la conclusión de Heliodoro Gil Corona, con este panorama, la tasa promedio anual de crecimiento económico de 2016 a 2021 estará concluyendo sobre la línea de 0.8 por ciento, el sexenio más bajo de las últimas cuatro de décadas.