Rompe inflación michoacana piso del 8%; naranja, limón y pollo, los que más elevaron su precio

INEGI reporta que se mantiene tendencia de contracción de alza de precios

Foto: Twitter.

Maricruz Rios  / La Voz de Michoacán

Al término de la primera quincena de abril, se mantuvo la tendencia de contracción de la inflación. La tasa en Michoacán terminó en 7.57 por ciento, mientras que la tasa nacional se ubicó en 6.24 por ciento, según datos presentados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en su Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).

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Sin embargo, el INPC también muestra que los precios no se han desacelerado de forma homogénea en todos los productos y servicios, y que los alimentos y bebidas mantienen una tasa de inflación muy elevada en la entidad, del 11.21 por ciento.

Fueron los alimentos los bienes que más se encarecieron durante las últimas semanas, según el reporte del INEGI. La naranja elevó su precio promedio al público en un 7.7 por ciento, el limón se encareció en un 5.41 por ciento, mientras que continuó la escalada del pollo, que incrementó su costo en un 3.60 por ciento.

Naranja | Beneficios de la naranja

Pese al descenso, Michoacán se mantiene en la parte alta entre las entidades que presentan una tasa de inflación alta. Este fenómeno podría mantenerse hasta la normalización del alza de precios, que se espera que se logre finalmente durante el primer trimestre de 2025, según los especialistas.

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De acuerdo con los analistas, ha sido principalmente la política monetaria impuesta por el Banco de México (Banxico), en términos de elevar constantemente la tasa de interés durante los últimos 21 meses, y en sintonía con la Reserva Federal de Estados Unidos, lo que ha permitido bajar la inflación general de bienes y servicios, los precios de la canasta de consumo mínimo y los productos agropecuarios. Actualmente, la tasa de interés se encuentra en un pico histórico de 11.25 por ciento.

“La política monetaria restrictiva está permitiendo poco a poco bajar la inflación general de bienes y servicios, los precios de la canasta de consumo mínimo y los productos agropecuarios”, valoró Heliodoro Gil Corona, coordinador de Proyectos Estratégicos del Colegio de Economistas del Estado de Michoacán (CEEM), quien, sin embargo, alertó que los estados con mayores vulnerabilidades económicas y sociales están registrando una mayor inflación en el país.

El analista recordó que la Junta de Gobierno del Banxico ha reconocido que la reducción y estabilización de la inflación a la meta del 3.0 por ciento será lenta y no se alcanzará sino hasta los primeros meses del 2025. “Los especialistas estiman que en 2023 la inflación cerrará en 5.2 por ciento y para 2024 será de 4.1 por ciento”, ponderó.

“Como se pudo observar, los datos duros indican que la inflación general está cediendo poco a poco, aunque la subyacente sigue alta”, expuso el también profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

Los analistas también un esperan un nuevo tirón hacia arriba de la tasa interés, toda vez que la Reserva Federal llevará su tasa de interés de referencia a un rango de 5 por ciento a 5.25 por ciento, lo que condicionaría un movimiento similar en México, que podría ajustarla en 11.5 por ciento.

Destacar que para combatir la inflación, los bancos centrales pueden aumentar la tasa de interés de referencia, es decir, el interés que cobran los bancos comerciales por los préstamos del banco central. Cuando la tasa de interés aumenta, los préstamos y las hipotecas se vuelven más costosos, lo que desalienta la demanda y reduce el gasto de los consumidores y las empresas. Como resultado, la demanda disminuye y los precios tienden a estabilizarse o disminuir.

Sin embargo, un aumento en la tasa de interés también puede tener efectos negativos en la economía. Por ejemplo, puede desacelerar el crecimiento económico y el empleo, ya que las empresas y los consumidores reducen su gasto y toman menos préstamos. También puede afectar negativamente a las empresas que dependen de préstamos para financiar sus operaciones.

Por otro lado, una alta tasa de inflación puede tener efectos negativos en la economía. Puede erosionar el poder adquisitivo de la moneda, aumentar los costos de los bienes y servicios, reducir la confianza del consumidor y de las empresas y, en última instancia, desacelerar el crecimiento económico. También puede generar incertidumbre y volatilidad en los mercados financieros.