Rogelio Arellano, corresponsal La Voz de Michoacán. Uruapan, Michoacán. Ocho de cada diez propietarios de juegos mecánicos que acompañan las celebraciones de fiestas patronales, aniversarios de colonias o simplemente se instalan los fines de semana en espacios públicos, se han visto obligados a realizar otras actividades como incursionar en el comercio informal, cortadores de aguacate y otros, ello por efecto de las restricciones ante la emergencia sanitaria provocada por la pandemia de COVID 19. Se trata de un sector que en Uruapan aglutina a siete organizaciones con una membresía global de poco más de cien propietarios. “En realidad somos poco más de 200 las familias que hasta antes de la pandemia vivíamos de este oficio que ha dejado de ser rentable por ahora por la poca actividad que realizamos”, señaló Juvenal Zarate, miembros de la Unión de Juegos Mecánicos “Niños Héroes”. Refirió que desde que inició la pandemia hace más de ocho meses sus actividades se suspendieron y apenas a principios de este mes las autoridades municipales les autorizaron reactivarse, pero en forma limitada. “No podemos instalar más de cuatro juegos y dos puestos en el espacio previamente autorizado por la autoridad municipal o bien operar más de dos miembros en un mismo lugar”, añadió el entrevistado. La necesidad de generar recursos obligó a la mayoría a buscar otras alternativas de ingreso para el sustento de sus familias. “En mi familia nos dedicamos a elaborar algodones para su venta ambulante en colonias y barrios de esta ciudad o poblaciones vecinas, actividad que también realizaron otros compañeros de esta y el resto de las uniones ante la inactividad total que se prolongó por varios meses”. Otros, abundó, se dedicaron a emplearse como cortadores de aguacate, albañiles u otro tipo de jornales con salarios muy bajos. “Por ejemplo, también me dediqué al oficio de balconero ya que aprendí esas habilidades a través de los años al reparar mis juegos mecánicos, pero no todos tuvieron las mismas oportunidades y realmente muchos la están pasando muy mal al grado de que han empeñado o vendido algunos de sus juegos”. Esta reactivación, aunque es parcial significa un leve apoyo al menos para mantener en operación nuestros juegos. “A pesar de que todo ha subido de precio, nosotros acordamos mantener las mismas tarifas que van de los cinco a los veinte pesos por cada juego o bien la venta de algunas golosinas y a pesar de ello es poca la gente que nos demanda. Los permisos son para operar los siete días, pero en realidad la mayor cantidad de gente acude los fines de semana”, dijo. Hasta antes de la pandemia, señaló, esta actividad era rentable. “No sacábamos ganancias en abundancia, pero nos permitía cubrir las necesidades básicas de la familia y dar un adecuado mantenimiento a los juegos mecánicos, cosas que se complican actualmente. Entendemos que son restricciones necesarias y pues solamente resta esperar a que esta pandemia pase para volver a la normalidad”. Comentó que a los asistentes a estas mini-ferias, se les indica la obligación de usar cubrebocas como medida preventiva, la cual se acompaña de dotaciones de gel antibacterial y evitan el cupo total de los juegos desde pequeñas ruedas de la fortuna hasta brincolines y más. “Mucha gente se inconforma pero para evitar sanciones que pueden deslindar en la suspensión de permisos, debemos hacerlo”. Cabe mencionar que en Uruapan existen al menos cien puntos tradicionales donde se instalan estos juegos año con año, ya sea por fiestas patronales, aniversarios por la fundación de colonias o simplemente por ser parte de un rol para el desarrollo de esta actividad, oportunidad de desarrollo que es mayor tomando en cuenta las fiestas de los pueblos aledaños.