Redacción / La Voz de Michoacán Llegón la Navidad y, con ella, más tiempo para pasar en familia, o quizá, mejor dicho, con el núcleo de convivencia. Después de las comilonas, siempre viene alguna siesta, pero quizá también algún visionado concertado. ¿Y las noches? Dado que aún seguimos cuidándonos del COVID, habrá que ir pensando en sesiones de cine o series. Para todo ello hemos diseñado una selección de propuestas para ver en familia: Solo en casa 2 Un ejemplo más de cómo el interés empresarial se impone al creativo en Hollywood. Los 350 millones de dólares recaudados por esta secuela justifican su apresurado estreno, pero no hay nada en esta segunda aventura de Kevin McAllister (Macaulay Culkin) que no huela a idea recalentada de la original. Para colmo, el cameo de Donald Trump hace que hoy nos sea imposible mantener el espíritu navideño durante todo su visionado. Un príncipe por Navidad Netflix se topó el pasado año con un inesperado fenómeno de audiencia en una producción que solo aspiraba a formar parte del fondo de armario de su catálogo. Tal fue el éxito de esta historia en la que una periodista se enamoraba de un díscolo heredero de la realeza (las comparaciones con Harry y Meghan son inevitables), que la plataforma de streaming ya ha estrenado su secuela. El Grinch La segunda película de temática navideña más taquillera de la historia del cine (solo por detrás de Solo en casa) supone también un –otro– ejercicio de histrionismo por parte de Jim Carrey. Afortunadamente, una estimulante nueva versión animada del clásico del Dr. Seuss ha llegado este año a las pantallas para quitarnos el mal sabor de boca. Un padre en apuros No dejemos que la nostalgia nos nuble la vista. Además de un descarado alegato consumista (el padre redimido por lograr el juguete deseado por su hijo), la frenética búsqueda de Turbo Man por parte de Arnold Schwarzenegger no es más que un sucedáneo de la yincana de Solo en casa repleto de caídas y peleas tontas y buenas dosis de sentimentalismo barato. La crítica la masacró, pero el austríaco volvió a encandilar al público. La saga ¡Vaya Santa Claus! Quizás ahora suene lejano, pero hubo un tiempo en el que Tim Allen era una gran estrella del cine familiar de Hollywood. La trilogía completa de Disney, en la que Allen se convertía en Papá Noel tras el fallecimiento de este, recaudó la friolera de más de 450 millones de dólares. “Mejor que dediques estos 90 minutos a hacer compras”, dijo de ella USA Today. Como en casa en ningún sitio El espíritu navideño brillando por su ausencia. Los protagonistas de la cinta, Reese Witherspoon y Vince Vaughn, se odiaron tanto durante el rodaje que hasta la actriz se negó a rodar una escena de sexo presente en el guión. Vaughn decidió desentenderse después de la promoción de un filme que consiguió más de 160 millones de dólares de taquilla. Habría sido más interesante ver su making-of. El gran desmadre (Malas madres 2) 130 millones de dólares recaudó en taquilla la “lamentable” (según la crítica) segunda parte de esta respuesta en clave femenina a la franquicia Resacón en Las Vegas. Ni la temática navideña ni las adiciones de Susan Sarandon o Christine Baranski levantan un filme que invitaba a los espectadores a “celebrar las fiestas como una madre” (¿?). Fred Claus “Esta película no es como que te regalen carbón. El carbón al menos es útil, puedes quemarlo”, apuntaba una de las despiadadas críticas acerca de la esperpéntica trama protagonizada por el “hermano gamberro de Santa Claus” (título oficial en castellano). Lo peor para el cinéfilo es encontrarse, cual haba en roscón, a intérpretes como Rachel Weisz, Paul Giamatti o Kathy Bates en su elenco. Una navidad de locos Dispuesto a convertirse en el Grinch de los cinéfilos del mundo, Tim Allen reclutó a unos Jamie Lee Curtis y Dan Aykroyd en horas bajas para perpetrar esta comedia (100 millones en taquilla) basada en una novela de John Grisham y que provoca las mismas carcajadas que La firma o El informe pelícano. Es decir, cero. Como afirmó un crítico cruel, es "ho, ho, horrible". Fiesta de empresa Risas de garrafón. El mayor crimen de este filme (atención, escrito por hasta seis guionistas) es el de malgastar el estelar talento cómico de un reparto de primera línea encabezado por Kate McKinnon, Jason Bateman o Jennifer Aniston. Seguro que la cena de navidad de tu empresa fue más divertida.