Redacción / La Voz de MichoacánMéxico. El día de hoy, 13 de febrero, se cumplen 50 años del lanzamiento del primer álbum de la legendaria banda britanica Black Sabbath. Su disco homónimo redefinió el rock con una sonoridad nueva, que abrió el sendero para fundar un nuevo género, más pesado y oscuro: el metal. Como un buen signo, fue el viernes 13 de febrero 1970 cuando el sello Vertigo, que era subsidiaria de Phillips, lanzó el álbum debut de un joven cuarteto rock de Birmingham. Tony Iommi, Geezer Butler, Bill Ward y Ozzy Osbourne formaron a fines de la década de los 60 Black Sabbath, nombre extraído de los afiches promocionales de la película de terror italiana “I tre volti della paura” (“Las tres caras del miedo”), de Mario Bava y protagonizada por Boris Karloff (actor que personificó a Frankenstein). Geezer Butler ya estaba interesado en temas como el ocultismo, así que tomó el concepto y lo llevó a canción, escribiendo la letra del tema homónimo, inspirado en una novela de Dennis Wheatley, escritor también muy empapado por la parapsicología. https://www.youtube.com/watch?v=2iChFKyMdrQ A esta idea se le suma la musicalidad, que usó intervalos de tres tonos (tritono) o también llamado “el intervalo del diablo”. Estos fueron los elementos que sellaron el destino de la banda e impulsaron un disco que siguió algunos de los patrones ya establecidos por Cream, Blue Cheer, Vanilla Fudge, Coven, Deep Purple, pero llevados a un nivel aún más denso, misterioso, crudo y sombrío. Con un presupuesto de 600 libras esterlinas (mil 200 dólares), que ni siquiera alcanzó para la difusión, “Black Sabbath” se convirtió en un éxito comercial: llegó al octavo lugar en ventas en el Reino Unido y escaló hasta el puesto 23 en la lista Billboard de Estados Unidos. En su autobiografía “I Am Ozzy” (2009), Osbourne señala: “Nos prestaron un estudio por dos días, pero nunca se habló oficialmente de grabar un disco; llegamos, armamos los instrumentos, pusimos los micrófonos y grabamos ese material en poco más de dos horas, luego agregamos guitarras, doblamos algunas voces y se acabó. Recuerdo que llegamos al bar con tiempo de tomar una última copa”. Un disco fundamental en el rock, que musicalizó un ambiente de terror que provocó en la juventud de principios de los 70 una inesperada atracción por ese misterio que genera lo sobrenatural. El grupo comenzó, desde ese momento, a ser reconocido dentro de la corriente ocultista –naciendo así la relación entre metal y satanismo–, confusión de la que salieron favorecidos porque, en realidad, más que una oda a la nigromancia, la idea era advertir del peligro de estas prácticas. Por eso “Black Sabbath” no es un disco más, es el álbum fundacional del metal.