Buratto encarna una Anna Bolena de referencia en Les Arts de València

Con una partitura muy exigente y con una presencia en escena casi constante, Buratto mantuvo la frescura de su voz a lo largo de las tres horas de representación

Foto: EFE

EFE / La Voz de Michoacán

Valencia. La soprano italiana Eleonora Buratto ha realizado una interpretación de referencia del papel protagonista de Anna Bolena, la ópera de Gaetano Donizetti con la que el palau de Les Arts de Valéncia ha inaugurado esta noche la temporada 2022-2023.

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Buratto ha estado excelsa, combinando con gran maestría los momentos dramáticos con los pasajes más líricos, en una exhibición vocal en la que ha dejado patente sus dotes belcantistas, su vis dramáticas y su capacidad lírica, con las que se ha ganado al público valenciano, que le ha tributado una prolongado ovación tanto al concluir el aria del segundo acto "Al dolce guidami" como al final de la función, con gritos de ¡brava! y con los espectadores puestos en pie.

Ha sido un éxito redondo esta versión de Anna Bolena, una coproducción de Les Arts con el Teatro San Carlo de Nápoles y la Opera Nacional de Amsterdam, con una minuciosa dirección musical de Maurizio Benini, que logró extraer los mejores recursos de una Orquesta de la Comunitat Valenciana capaz de superarse con cada actuación.

Con una partitura muy exigente y con una presencia en escena casi constante, Buratto mantuvo la frescura de su voz a lo largo de las tres horas de representación, en las que dio muestras de madurez, agilidad vocal y ductibilidad para ser igual de convincente tanto en los momentos dramáticos como en los momentos más líricos, especialmente en su tránsito hacia el delirio y la locura final, cuando es consciente de que ha sido víctima de una infamia perpetrada por el propio rey, su esposo (Enrique VIII de Inglaterra) para justificar su repudio y poder casarse con Juana Seymur.

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El sentido de la dignidad le impide a Anna Bolena aceptar el perdón que le ofrece su marido el rey a cambio de considerarse culpable de adulterio ("no quiero comprar la vida a cambio de la infamia", dice), porque sigue considerando sagrado su matrimonio, perdonando incluso a su rival, Juana Symur, al considerar que el culpable es él por haber "encendido la pasión" en ella.

Pero no sólo la soprano de Mantua brilló con luz propia. Junto a ella estuvieron también excelentes tanto el bajo italiano Alex Esposito (Enrique VIII), como la mezzosoprano valenciana Silvia Tro (Juana Seymur), el tenor gaditano Ismael Jordi (Ricardo Percy), el bajo catalán Gerard Farreras (Lord Rocheford, hermano de la reina), y la contralto Nadeshda Karyazina (el paje Smeton), todos ellos secundados por una destacada actuación del coro de la Generalitat.

Si buena impresión causó Alex Espósito como Enrique VIII, mejor estuvo Ismael Jordi como Ricardo Percy, amigo de la infancia de Anna Bolena y enamorado de ella en su juventud, a la que pide que olvide "el amor ingrato del rey" pues él la sigue queriendo como cuando no era nadie.

La otra mujer protagonista, Silvia Tro (Juana Symur), conquistó también al público con su sentida aria "per questa fiamma indomita", en la que reflejó a la perfección el dilema que tiene que afrontar: su aspiración de "amor con honra" con Enrique VII, pero sin que ello suponga la inevitable condena y muerte de Anna Bolena.

La escenografía de Ben Baur presenta una estancia regia pero austera, con paredes desnudas y hasta siete grandes puertas (cinco frontales y dos laterales) por las que van desfilando los cortesanos, los integrantes de una justicia al servicio de los intereses del rey y los presos de la Torre de Londres, donde van a ser ajusticiados todos aquellos que son un impedimento para hacer posibles todos los caprichos del rey.

Algunos momentos destacados de la ópera, dirección de escena de Jetske Mijnssen, han sido la escena de amor en la que Enrique VIII desnuda a Juana Seymur, la entrega del corazón del ciervo abatido en la cacería a Anna Bolena como premonición de su próximo destino, la sustitución del medallón con la imagen de la reina por una muñeca que será el desencadenante de una supuesta infidelidad de Anna Bolena con el paje Smeton, y la presencia de una niña, la hija de Anna y Enrique, que finalmente será desposeída también de su condición real.