Camilo Sesto nos enseñó a morir de amor; su legado musical sigue intacto a un año de su fallecimiento

Jorge Manzo/La Voz de Michoacán

México. Hace un año él nos compartió su alma herida y nos enseñó que “estés en donde estés”, “vivir así es morir de amor”. Lo que nunca murió fue su enorme legado que sigue reproduciéndose en todo el mundo en su voz, y en la de decenas de cantantes que enaltecen a él, uno de los cantautores más exitosos de España y de América Latina, que lo certifican sus más de 40 producciones discográficas y las ventas de más de 70 millones de discos.

Camilo Sesto hace un año apagó su icónica vida tras una larga convalecencia. Quedaron para la posteridad los poemas convertidos en canciones, y su última recopilación de éxitos en donde quedan registrados sus más de 40 años de carrera musical. Desde entonces, la industria le llora, pues se ha perdido a uno de los exponentes hispanos que le dio voz a grandes como Miguel Bosé, Ángela Carrasco o José José.

“Algo de mí” fue el disco con el que se dio a conocer, aunque en el Festival Internacional OTI, de donde surgieron las más grandes estrellas musicales, con “Algo de más”, logró conquistar a las audiencias. Desde entonces, en 1973, ya se perfilaba como uno de los astros, aunque la fama se expandió aún más en 1975 cuando protagonizó Jesucristo Superstar en su versión española, al lado de su inseparable Ángela Carrasco. Así, cada paso que daba, el oriundo de Alcoy, Alicante, era éxito garantizado. Conquistó las decenas de países que visitó, y a quienes les cantó tantas veces “Melina”.

Su verdadero nombre era Camilo Blanes Cortés. Su viaje a la eternidad comenzó en Madrid, la capital que le abrió las puertas a su voz y música. Antes de buscar el éxito como solista, tocó piedra en un par de agrupaciones musicales, que, aunque había talento, no lograron despegar, sin embargo, el destino le tenía preparada una gran sorpresa. Sus mejores años fueron a partir de los 70´s, cuando comenzó a cristalizar sus sueños, y así, poco a poco fue ganando festivales y colocándose en el gusto del público.

En realidad, uno de los grandes cambios que tuvo que hacer fue cambiar su nombre. Inicialmente se hacía llamar Camilo Sexto, pero más tarde fue Sesto. Su primera producción corrió a cargo de Juan Pardo, en donde contempló los temas “Mendigo de amor”, “Rosseta”, “Ay, ay”, “Lanza tu voz”, “A ti” y “Manuela”, entre muchas más. Más tarde se fueron sumando nuevos discos, entre los que se titulan “Algo más”, “Camilo”, “Amor libre”, “Entre amigos”, “Sentimientos”, y muchos más que se grabaron en sus inicios, pero que lo llevaron a ser primeros lugares en varias naciones.

El hijo predilecto de su natal Alcoy tuvo un hijo, al que le llamó también Camilo Blanes Jr. Él también ha incursionado en la música y en México lo acompañó en sus últimas giras. Lourdes Ornelas es su viuda, aunque ha trascendido que tuvo vínculos amorosos con las actrices más bellas de la época, entre ellas Marcia Bell y Blanca Estrada, sin embargo, sobre su vida personal poco se hablaba. De Camilo Sesto se conocía más de su música y del “orgullo” que inspiraba para la comunidad latina en los Estados Unidos, en donde su música hizo retumbar en los más grandes escenarios como el Madison Square Garden, en Nueva York.

En problemas de adicción
Su único heredero está sumergido en adicciones que lo ha llevado a ir vendiendo el patrimonio que construyó su padre durante su carrera; a él se le ha visto a altas horas de la noche deambulando por la ciudad. Más de 500.000 euros corresponden a la fortuna en éxitos musicales, sin embargo, poco a poco se está deshaciendo de ella.

Si bien, en España hay gigantes de la música como Julio Iglesias, Raphael, Miguel Bosé y Nino Bravo, autoridades en su país natal lo llegaron a nombrar el “famoso español más famoso de la historia”. Fue de todo: embajador cultural de España, y en Nevada el 28 de mayo le dieron el día de “Camilo Sesto” en honor a su carrera musical. Siempre fue un fenómeno musical, hasta que la vida poco a poco le fue cobrando la factura en su salud.