Arved Alcántara / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. “Quiero que se reporte que me ahogué a la luz de la luna, estrangulada por mi propio sujetador”, escribió Carrie Fisher en su libro autobiográfico “Wishful drinking”, a manera de un socarrón obituario en caso de que la actriz muriera en una galaxia muy lejana. Así fue siempre la relación de Fisher con “Star Wars”, de alegrías y disgustos, de risas y sarcasmos, de anécdotas que resaltaban dos facetas de una misma princesa: la Luz y el Lado Oscuro. No fue con la luna de fondo y no fue por culpa de su brasier, pero la muerte sí alcanzó un día como hoy hace cinco años a la actriz que dio vida a la casi mítica Leia Organa. Ella se encontraba en un hospital de California tras sufrir un paro cardiaco justo al aterrizar el avión en el que viajaba desde Londres. Pasajeros del mismo vuelo a Los Ángeles comentaron que los paramédicos tardaron más de diez minutos en restablecer sus signos vitales en aquella ocasión; parecía que, tal como había engañado a Darth Vader en la primera cinta de “Star Wars”, así Fisher había logrado evadir la muerte. Pero sólo ganó unos días. https://www.youtube.com/watch?v=Q_K-tn6yl_k Internada debido al infarto, la Fuerza le permitió burlar por una semana al fatídico 2016, el mismo año que se llevó a George Michael, Prince, David Bowie y Juan Gabriel, entre otros famosos. Finalmente, la lucha terminó a sus 60 años de edad el 27 de diciembre. “Con un gran pesar Billie Lourd confirma que su querida madre, Carrie Fisher, falleció a las 8:55 de la mañana. Fisher era muy querida en el mundo y será extrañada. Toda nuestra familia agradece las muestras de cariño y las plegarias”, comentó en un breve comunicado la hija de la actriz. Ejemplar princesa Hoy se le recuerda con gran cariño. Y es que su papel en “La Guerra de las Galaxias”, aunque suene a un lugar común con motivo del aniversario su fallecimiento, cambió la concepción de las princesas y marcó el rumbo de toda una industria. Ahí encarnó a Leia Organa, una rebelde que no buscaba –y no necesitaba- ser rescatada. Irrumpió y desarmó el rol de la damisela en desgracia, lo reconstruyó en el de una mujer fuerte, segura y de armas tomar que lideraba una rebelión galáctica contra el máximo villano que hubiera aparecido a cuadro. Si estaba en aprietos no era porque un dragón la hubiera atrapado en un lejano castillo, sino porque ella había decidido engañar a la bestia y liberar el reino. Leia se constituyó en el motor detrás de las películas por encima de la lucha entre siths y jedis bajo un nuevo rol aspiracional: una princesa que rescataba a sus presuntos rescatadores y que anticipaba a finales de los años 70 la batalla de una nueva generación de mujeres que reclamaría condiciones de equidad y roles preponderantes, que ocupaban los hombres, en todos los ámbitos, entre ellos el cine. Poderosa pluma Pero no todo fue “Star Wars”, saga en la que participó en cuatro cintas y un cameo. Además de sus otros papeles en filmes de renombre –“Shampoo” (1975), “Los hermanos Caradura” (1980), “Hannah y sus hermanas” (1986) y “SOS, Vecinos al ataque” (1989)-, quizá la faceta más exitosa de Carrie Fisher fue como escritora, donde sin ningún tipo de mordaza habló sobre sus graves problemas de adicción a las drogas, su marcado alcoholismo, su perniciosa familia, su personalidad bipolar y a su a veces inmadura relación con sus compañeros de “La Guerra de las Galaxias”. https://youtu.be/xggMwkGnbhw Es precisamente en “Wishful drinking” donde recapitula una curiosa anécdota sobre por qué no podía utilizar ropa interior durante la filmación de los tres primeros largometrajes de la franquicia: “No puedes usar brasier debajo del vestido porque no hay ropa interior en el espacio”, le comentó el director George Lucas. ¿Pero por qué sí estaban permitidos los sensuales bikinis dorados en el reino de Jabba el Hutt y no la ropa interior en los viajes interestelares? La teoría del cineasta era que cuando estuviera en el espacio y su cuerpo se “expandiera” su brasier no lo haría y moriría víctima de su propia ropa. Carrie Fisher tomó la lección con humor y sabiduría, y escribió en su libro: “Creo que esta charla serviría para un fantástico obituario, así que le dije a mis amigos más jóvenes que no importaba como muriera, quiero que se reporte que me ahogué a la luz de la luna, estrangulada por mi propio sujetador”.