Jorge Ávila / La Voz de Michoacán Morelia, Michoacán. El rap llegó a Morelia, como en el resto de México, a finales de los años 80 y principios de los 90 a través del break dance, hasta que poco a poco fueron surgiendo jóvenes interesados en expresarse de manera verbal, a través de las rimas, acompañados de incipientes productores que no contaban con el respaldo de una industria musical, que empezaron a hacer los primeros beats de forma artesanal, con lo que tenían a la mano. Esa fue la generación que sentó precedentes y abrió la brecha para que las siguientes generaciones trazaran un camino hasta ser el rap lo que hoy es. En Morelia, uno de esos pioneros es Raúl Ramírez, conocido en la comunidad rapera como Bisorman, quien se inició en el mundo del rap hace 21 años, en una época en que el hip hop moreliano forjó su identidad como una contracultura que a la fecha vive y resiste y de la que han surgido trabajos discográficos esenciales para entender el rap moreliano. Uno de esos álbumes es “Pasamanos”, segundo en la discografía de Bisorman y que en 2024 cumple 10 años de haber salido del estudio. En el principio era el ritmo Haciendo un recuento de su andar por el mundo del hip hop, Bisorman cuenta en entrevista con esta casa editorial que “cuando comenzamos, era una época en la que no había la tecnología que hoy en día hay para hacer música. Éramos jóvenes, chicos de 19, 18 años, y como no había tecnología, pues la forma en la cual intentábamos hacer música era compleja”, buscando a quienes sí tenían acceso a las herramientas de producción musical haciendo un sinfín de llamadas telefónicas, la plataforma Messenger de Windows o directamente en los eventos, lo que ayudó a que beatmakers y MCs conformaran una comunidad que con los años fue creciendo y diversificándose en estilos. Pero, además, en su caso como MC, Bisorman recuerda que incluso la forma en que los raperos locales empezaron era distinta a como se hacía en otras ciudades. “La forma en la cual muchos de nosotros escribíamos nuestros versos no era como es el rap clásico, que consta de versos de cuatro tiempos, uno, dos, tres, rima, uno, dos, tres, rima, sino de manera muy libre, como nos salía, de manera muy silvestre, por así decirlo”, claro que influidos por lo que había a la mano para escuchar, como los raperos chicanos de Estados Unidos, Snoop Dogg, 50 Cent, Eminem, Dr. Dre, para luego empezar a nutrirse del rap latino, el de España, y grupos mexicanos que ya empezaban a figurar de forma más amplia, como Control Machete, Los Caballeros del Plan G, los pioneros de El Sindicato del Terror, entre otros. Luego aparecieron los foros en MySpace, que fue el medio por el que comenzaron a compartir e intercambiar música y experiencias con artistas de otras ciudades y otros países. Esto ha sido importante porque, a decir de Bisorman, la cultura hip hop permitió que muchos jóvenes se adentraran en distintas manifestaciones artísticas. El hip hop, con sus elementos: grafiti, breaking, el tornamesismo y el rap, nos pueden iniciar en otras disciplinas. Por ejemplo, el breaking, en el deporte u otros tipos de danza; en el rap, te puedes volver cantante o conjugarlo con la poesía; el grafiti, con la pintura y otras artes plásticas”. En su libro “Rimas de la cantera”, el investigador Alain Villanueva ilustra cómo el rap en Morelia siempre ha sido diverso en cuanto a temáticas y sonidos, y Bisorman explica el proceso: “Al principio, recuerdo perfectamente los primeros eventos de rap, como era algo muy nuevo, muy novedoso, y era el nacimiento de un movimiento, en los eventos nos conjuntábamos todos los estilos: los que hablaban más de la peda, los que tratábamos de dar un mensaje introspectivo, político o de conciencia, y otros con estilo más de barrio. En aquel entonces no nos interesaban mucho las diferencias; bueno, sí nos interesaba lo que decían, pero como era algo tan nuevo lo que estamos viviendo, estuviese quien estuviese, nosotros apoyábamos y disfrutábamos lo que escuchábamos y veíamos. Con el tiempo, por inmadurez y todo eso, se fueron generando divisiones, pero en realidad nos respetamos, independientemente de los estilos, de los enfoques de la música. Conforme hemos madurado, hemos limado esos detalles, hemos entendido que el rap es universal”. Foto, Samuel Herrera Jr. De Pink Floyd al rap “Pasamanos” es, como lo refleja desde el primer tema hasta el final, un disco introspectivo, pero también una proyección de Bisorman, en la que plasma sus ideas, creencias y sensibilidad a través de las influencias que han nutrido su proceso creativo. Se trata del segundo disco en la carrera del rapero moreliano, ya que su álbum debut fue “El suspiro de Calíope”, en el que queda marcada la influencia que Pink Floyd ha tenido en la vida del MC. “Por influencia de algunos amigos de la prepa, como ya estaba en este movimiento y a la vez me gustaba mucho el rock de Pink Floyd, intenté en ese primer disco hacer un rap con matices de rock progresivo. Así lo pensaba en ese momento, y creé ese primer disco, que obviamente tiene detalles de producción, de letra, etcétera, pero es un primer intento de hacer un disco experimental, conceptual, y tiempo después fui madurando poco a poco mis letras, mis contenidos, y fui escribiendo este disco ‘Pasamanos’”. ‘Pasamanos’, el tránsito Bisorman recuerda que luego de “El suspiro de Calíope” llegó “Pasamanos”, en el cual ya no sólo se refleja su gusto musical, sino sus ideas, sentimientos y espiritualidad. “Para ese entonces me inicié en el mundo del esoterismo y la masonería y todo lo que conlleva, y además en ese momento estaba teniendo cambios muy importantes en mi vida: me volví independiente, conseguí un trabajo en el servicio público que estaba buscando desde hacía mucho tiempo como jurista en derechos humanos. Todo eso me sirvió como motivación para hacer este segundo disco, el contenido de sus letras”. Pero “Pasamanos” no sólo refleja el ser de Bisorman en las canciones, sino que ya desde el empaque nos deja ver quién es el artista, ya que en la contraportada hay un poema en el que habla precisamente del Gran Arquitecto del Universo, que es de los símbolos más importantes en la masonería. Y entonces, “trabajando con mi amigo Demian Crate, que es quien me ayudó a grabar este disco, le propuse que me ayudara con la parte visual también. Quería que la portada pareciera un pasamanos y un niño en él, como una metáfora de que la vida es como un pasamanos: está la parte del nacimiento, luego el crecimiento, que es la parte más compleja, cuando ya vas avanzando, pero sólo quien tiene la fuerza, la voluntad mental y física va a llegar al otro lado, y hay quien se cae a mitad del camino. Entonces simboliza el nacimiento, el crecimiento y la trascendencia, cuando ya llegas al final, pues ya bajas y terminas el ciclo de vida. Le platiqué esto, él sabía que yo estaba involucrado en el tema masónico, y me propuso agregarle estos elementos, que es el Ojo de la Providencia, El Gran Arquitecto del Universo, y él me propuso también ponerle un triángulo en alusión a la portada de ‘Dark side of the Moon”, de Pink Floyd, y de esta manera fue que surgió la portada. Pero, además, como en la masonería se maneja el concepto de polaridad, la luz y la oscuridad, en la contraportada hay una imagen similar a la de la portada, pero en torno al subterráneo, “ya que de alguna manera todas las personas tenemos esas dualidades: oscuridad y luz”, Por eso, “Pasamanos” puede ser considerado un disco de rap conceptual y por lo mismo atípico en lo local, y más por la época en que se realizó. En cuanto a la música, la producción corrió a cargo de Negro Suárez, un rapero y productor de Morelia con marcada influencia de Wu-Tang Clan que en “Pasamanos” creó los beats usando sampleos de música folk, rock progresivo y psicodélico, “y me encantó, porque son sampleos de música que a mí me gusta, porque crecí escuchando el rock de los 60, los 70, el rock psicodélico, todo eso”. ‘Keep it real’ Desde un inicio, y a pesar de que todos los raperos que empezaron sus carreras en los 90 y principios de este siglo escuchaban gangsta rap y chicano rap, Bisorman nunca hizo por enfocarse en esos estilos. Es de señalar que en 1997 salió al mercado “Mucho barato…”, álbum debut de los regiomontanos Control Machete, con un estilo muy influido por el rap de Los Ángeles, pero con muchos sonidos mexicanos. Sin embargo, para muchos raperos y amantes del género el álbum más logrado de la agrupación es “Artillería pesada presenta”. Por ello, Bisorman explica que ese disco también fue una influencia para intentar hacer algo conceptual, “algo distinto, algo que tuviera que ver con mi contexto de vida. Yo soy un tipo que creció en una familia conservadora, una familia clasemediera, por así decirlo, trabajadora. Yo no crecí en un barrio, yo crecí en un fraccionamiento de Las Américas, y no es un barrio. Mi contexto de vida fue ser un chico clasemediero”, y en ese contexto se dio su conexión con el rap. El rapero enfatiza esto porque en el mundo del hip hop se insiste mucho en la idea de “mantenerlo real” o, como dicen en Estados Unidos, “keep it real”, interpretado por muchos como que un rapero debe haber salido de un barrio marginal, de un ambiente pandilleril, para ser real, para tener credibilidad, y por ello, si un MC habla de esos contextos sin haberlos vivido y padecido, pierde el respeto de la comunidad. La idea de “mantenerlo real”, dice Bisorman, es un debate interminable dentro del movimiento. “Porque están, como dice Alain Villanueva en su libro, los raperos conservadores, que son los que defienden mucho esto del ‘keep it real’, algo real, entendido como viene de la calle, viene de un contexto marginal, viene de letras duras, letras contestatarias, violentas. Y ellos defienden esa parte. Si alguien hace algo diferente, pues ya se sale de ese concepto y ya ‘no es real’. Pero yo creo que el mismo movimiento del hip hop se ha encargado de ir desmitificando eso e ir entendiendo que el rap y la cultura hip hop en general es universal, es diversa. “El keep it real yo lo entiendo como ser tú mismo, ser tú. Si el rap llegó a ti, qué chido que decidiste agarrar un micrófono y ponerte a escribir y decirlo en un micrófono y a un público, ser tú mismo. En mi contexto, no me iba a poner a hablar del barrio o de contextos que no he vivido y no me interesa vivir. Yo hablo de lo que viví, de lo que vivo, de lo que pienso o inclusive, si te pones más creativo, puedes generar ciertas letras donde hables de algo ficticio pero que tenga un mensaje”. Labor social y divulgación El décimo aniversario de “Pasamanos” coincide con el final de una gira que Bisorman realizó durante un año como parte del proyecto llamado “Compartiendo cultura en tu barrio”, surgido por iniciativa de la organización promotora de la cultura hip hop HUMEC, donde ha trabajado ya 5 años. Con esta iniciativa se busca difundir los elementos de la cultura hip hop desde la cultura de la paz, de trabajo con los grupos vulnerables y con una perspectiva de género. Para esto, acudieron a universidades, secundarias y preparatorias para que los niños y jóvenes conozcan los elementos de la cultura hip hop mediante talleres de los cuatro elementos. “Terminamos el año pasado y decidí darme un descanso larguito para dedicarme a mi carrera profesional, porque quiero seguir estudiando” Nos obstante, se mantiene cerca del medio apoyando a los improvisadores de la Plaza de Armas como juez. “Ellos me han estado invitando a ayudarles como juez con Mercenario (Juan Carlos Carreón) en la liga Skull King Battles y otras ligas de free style de la ciudad. Escucha ‘Pasamanos’