Agencias / La Voz de MichoacánWinona Ryder es uno de los mayores iconos del cine de los 80 y los 90. Gracias a películas de aquella época como Escuela de jóvenes asesinos, Eduardo Manostijeras o Bocados de realidad, la actriz se convirtió en una de las mujeres más famosas del mundo, además de un referente de estilo e it girl por antonomasia. Sin embargo, todo no siempre le fue bien, ya que incluso cuando disfrutaba de las mieles del éxito en la gran pantalla, sufría en paralelo un durísimo acoso escolar del que hablaría años más tarde recordando un reencuentro con una de sus bullies que le permitió resarcirse y vengarse por el sufrimiento que tuvo que soportar en el instituto. Fue justo después del estreno en 1988 de Beetlejuice, su primera película a las órdenes de Tim Burton, uno de los principales responsables de su ascenso fulgurante al estrellato. Cuando el film llegó a las pantallas de todo el mundo y se convirtió en un gran éxito de taquilla, Winona aun no había cumplido los 18 años. A pesar de que su carrera como actriz empezaba a despegar, no dejaba de ser una adolescente que seguía yendo a clase para terminar sus estudios de secundaria. Ya desde sus primeros años de instituto y antes de saltar a la fama, Ryder era víctima del acoso de sus compañeros por ser considerada diferente. Desde muy joven, la actriz se diferenciaba por experimentar con su estilo y se negaba a adherirse a los cánones establecidos para ser popular, lo que la llevó a ganarse la antipatía de los demás. Su estética era contraria a lo tradicionalmente femenino, llevaba ropa excéntrica y el pelo corto, y era fan de los Sex Pistols. Tras años de sufrimiento por el bullying, Winona creyó que su fama gracias a Beetlejuice haría que su situación mejorase, pero todo lo contrario, fue incluso a peor. “Me acuerdo que pensaba ‘¡Oh! Es la película número uno. Esto va a hacer que las cosas mejoren en la escuela. Pero empeoraron. Me llamaban bruja”, declaró a Marie Claire. Por esta razón, los años de instituto fueron un infierno para ella, ya que solía ser el objetivo de varias chicas malas de la escuela que la atacaban sin piedad porque según ellas vestía “como un chico”. En una entrevista de 1990 con The New York Times, la actriz de Mujercitas desveló que sus compañeras le lanzaban Cheetos por los pasillos y le golpeaban. Algunas fueron tan brutales que en una ocasión incluso tuvieron que darle puntos. Por esta razón, Winona reconoce haber sido muy infeliz durante esta etapa de su vida. Uno de esos incidentes se convirtió en una historia viral que reaparece en Internet cada cierto tiempo. El origen de la historia se remontaría a una entrevista con V Magazine en 2013 (via New York Magazine). En ella, Winona narra así uno de los ataques más violentos que sufrió: “Yo llevaba una camiseta de chico de Salvation Army. Mientras iba al baño, oí a alguien gritar: ‘¡Eh, maricón!’. Entonces me estamparon la cabeza contra una taquilla, me caí al suelo y empezaron a darme patadas. Tuvieron que darme puntos. La escuela fue la que me echó, no los bullies”. Después de dejar el instituto, se inscribió en el Conservatorio de Teatro de San Francisco, alejándose así de sus atormentadores para iniciar una nueva etapa. En los 90, Winona continuó su ascenso a la cima de Hollywood con películas como Eduardo Manostijeras, Drácula de Bram Stoker o Inocencia interrumpida, y recibió dos nominaciones a los Oscar, por La edad de la inocencia y Mujercitas. Su imagen ocupaba la portada de todas las revistas, su imagen era referente de estilo y los estudios se la rifaban, por no hablar de su relación con otra estrella de la época, Johnny Depp, con quien formaba la pareja de moda. Años después de aquel violento ataque, Winona se encontró con una de sus acosadoras del instituto, ya convertida en una estrella mundial, y la chica parecía haber olvidado lo que le hicieron aquel fatídico. Winona, por supuesto, lo recordaba muy bien. Así lo contaba: “Entré en una cafetería de Petaluma [California] y me topé con una de las chicas que me patearon. Me dijo, ‘Winona, Winona, ¿me das un autógrafo?’ y yo le dije, ‘¿No te acuerdas de mí? Iba a Kenilworth. ¿Recuerdas cuando en séptimo le diste una paliza a una chica?”. Ella respondió, ‘Más o menos’ y yo le dije, ‘Era yo. ¡Que te jodan!’”. Y evidentemente, se marchó sin darle el autógrafo, continuando su trayectoria ascendente después de ajustar cuentas con el pasado. Desde entonces, eso sí, su carrera ha tenido muchos altibajos. En el cambio de milenio atravesó una depresión clínica y fue arrestada en 2002 por robar ropa en unos conocidos almacenes en Beverly Hills, incidente mediático e hiperviral (antes de que existieran las redes sociales) que la perseguiría durante años y la condenaría temporalmente al ostracismo. A pesar de su exitosa carrera, Winona fue convertida en un chiste por un error del que se arrepintió y por el que ya pagó, mientras otros continúan trabajando, e incluso triunfando más, después de hacer cosas peores. De ahí que, a raíz de los cambios en la sociedad, surgiera el movimiento Free Winona -lema estampado en miles de camisetas en todo el mundo- para pedir justicia por el trato que había recibido por su cleptomanía. Afortunadamente, en 2016, Winona protagonizó un comeback épico gracias a su participación en el fenómeno de Netflix Stranger Things. La serie nostálgica inspirada en el cine fantástico de los 80 le dio la oportunidad de volver al candelero para recibir el cariño del público masivo, que le había dado la espalda durante años. Además, hace poco también la vimos en la aclamada miniserie de HBO La conjura contra América, por la que recibió excelentes críticas. Años después de vivir el acoso más horrible en el instituto, Winona pudo obtener ese momento de justicia y satisfacción contra una de las personas que le hicieron la vida imposible cuando era solo una adolescente explorando su identidad y su forma de vestir, como cualquier otra. Pero la mayor venganza es una carrera llena de éxitos y un estatus indudable como icono del cine, mientras que nadie conoce el nombre de esa chica o las demás personas que la maltrataron por ser ella misma.