Agencias/La Voz de MichoacánMéxico. Han pasado diez años desde que la película Noche y día se estrenó en nuestro país. Una de esas historias de acción y romanticismo ideal para pasar un rato entretenido y poco más. Sus protagonistas, Tom Cruise y Cameron Diaz visitaron España y promocionaron su trabajo en Sevilla hace justamente una década. Disfrutaron del solecito y las tapas y derrocharon simpatía en las entrevistas. Pero lo que pocos saben es que una de las partes más importantes de la cinta grabada en tierras andaluzas casi les cuesta un disgusto y, por qué no decirlo, la vida de alguno de los transeúntes que fueron testigos de este momento. © TM and 2010 Twentieth Century Fox and Regency Enterprises. All rights reserved. Not for sale or duplication. Resulta que los toros que recorren las calles de Cádiz en una de las escenas más famosas se escaparon de los rediles y se armó una buena. El asunto salió hasta en el telediario, menos mal que todo quedó en una anécdota y los profesionales pudieron controlar a los animales que se alborotaron con la visita de estas grandes estrellas de Hollywood. La superproducción norteamericana se estrenó en Sevilla en 2010 y lo hizo por todo lo alto, con alfombra roja y Cruise y Diaz en el candelero. La pareja de actores, que volvía a trabajar juntos a diez años de Vanilla Sky, regaló risas, anécdotas y buenos momentos durante la gira de promoción, así como entrevistas en la salerosa ciudad de la Torre del Oro. La producción de la película de James Mangold eligió este rinconcito español para presentar su historia, ya que la historia contaba con escenas rodadas allí mismo. A pesar de la promoción y de la talla de sus estrellas, Noche y Día fue de las películas peor recibidas por el público y la crítica en la carrera de Tom Cruise, cosechando poco más que los gastos de producción y marketing (la cinta costó 105 millones de euros ($117 millones) y recuperó 235 millones ($261 millones), pero a esa ganancia hay que desconectar los gastos de promoción que suelen igualar a los del presupuesto de producción). En España no gustó nada que metieran la pata a nivel de geografía y tradiciones nacionales al trasladar los sanfermines a Andalucía, en lugar de centrar la trama en Pamplona si querían usar la fiesta local como escenario. La cosa quedó un poco cutre para los que somos de aquí, aunque el resto del mundo ni se percató. La famosa escena de la parejita liándose a tiros desde una moto por una calle andaluza nos dejó locos. Pero que quede claro que todo estaba trucado, los auténticos valientes que hicieron esas piruetas y malabarismos fueron sus dobles. Los motoristas se supone que esquivaban a los toros bravos que salían a las calles sevillanas pero en realidad nunca estuvieron juntos, la magia de los programas informáticos y efectos especiales los unió en la misma secuencia. Antes del rodaje todo tenía que estar perfecto. Los animales fueron localizados en Cádiz y allí esperaban días antes de que arrancara la superproducción. Uno de ellos parece que no tuvo la paciencia suficiente y a pocos días de grabar se salió del grupo para darse un buen rulo por la calle Barrié. Parece que a sus compañeros de grupo les dio envidia y le siguieron sin poder ser controlados por los encargados de los animales. Los toretes se pasearon a sus anchas por las calles de la ciudad bajo la atenta y aterrada mirada de los ciudadanos que gritaban desde los balcones. El susto fue de grandes dimensiones pero afortunadamente todo quedó en una anécdota y, lo más importante, no hubo víctimas ni daños. A juzgar por las imágenes los pobres animales pasaron más miedo que el resto y se arrancaron a correr tras escuchar los gritos y chillidos. Los siete ‘amiguetes’ terminaron en la playa donde las autoridades y equipos de seguridad especiales se encargaron de meterles en los camiones para devolverlos al lugar de donde se habían escapado.